Para triunfar en la cocina, es fundamental partir de una buena materia prima. Para triunfar en el thriller de hoy en día, necesitamos una sólida intriga policial, una galería de personajes variados, mafias, un tema de actualidad, un ritmo narrativo ascendente y todo ello sazonado con buenas dosis de sexo.
Mal cocinados, fracasarás.
Aunque la receta sea buena.
Este no es el caso de Sangre de barro. Maribel Medina ha sabido condimentar los ingredientes mencionados con éxito y ha elegido el mundo del doping en el deporte para construir un apasionante thriller internacional.
Una excelente ambientación, variedad de escenarios, unos protagonistas bien construidos (me cruje un poco la vida sexual del señor Connors; en cambio, con Laura ha conseguido un personaje redondo) y una valiente denuncia de la presencia de las drogas en el deporte, tanto en el profesional como en el amateur, configuran esta novela en la que, desde luego, tampoco se nos oculta el afán de la autora por intentar armar buena literatura, cosa que es de agradecer.
En resumen, que hemos podido comprobar que Maribel Medina está hecha una MasterChef.
Y además es de mi pueblo.
Mal cocinados, fracasarás.
Aunque la receta sea buena.
Este no es el caso de Sangre de barro. Maribel Medina ha sabido condimentar los ingredientes mencionados con éxito y ha elegido el mundo del doping en el deporte para construir un apasionante thriller internacional.
Una excelente ambientación, variedad de escenarios, unos protagonistas bien construidos (me cruje un poco la vida sexual del señor Connors; en cambio, con Laura ha conseguido un personaje redondo) y una valiente denuncia de la presencia de las drogas en el deporte, tanto en el profesional como en el amateur, configuran esta novela en la que, desde luego, tampoco se nos oculta el afán de la autora por intentar armar buena literatura, cosa que es de agradecer.
En resumen, que hemos podido comprobar que Maribel Medina está hecha una MasterChef.
Y además es de mi pueblo.