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martes, 30 de octubre de 2012

Baden-Powell, los boy scouts y Zimbabwe

En estos días en los que los boy-scouts andan de actualidad, de actualidad ajena a su intención y, sobre todo, ajena a las víctimas del tema que se denuncia, me vienen a la memoria detalles de la biografía de Robert Baden-Powell, fundador del Movimiento Scout.

A finales del siglo XIX, y de la mano de Cecil Rhodes, participó en la represión de los ndebele, en la llamada por los británicos Rebelión Matabele. Fueron años convulsos en el sur de África, con acontecimientos tan conocidos como las guerras contra los zulús (inolvidables aquellas pelis de Michael Caine, Zulú, y su secuela Amanecer Zulú, con Burt Lancaster y Peter O'Toole), que supusieron la consolidación del dominio británico en la región.

Baden-Powell participó en el sitio de Bulawayo, cuando al más puro estilo far west, las caravanas de colonos fueron acosadas por las tribus ndebele, que defendían sus tierras ante el imperialismo europeo. Aquella victoria militar permitió la fundación de la colonia de Rhodesia, en homenaje a ese personaje tan apasionante como siniestro, Cecil Rhodes. También contribuyó Baden-Powell a la derrota de los boers sudafricanos en otro asedio, el de la localidad de Mafeking

En contra de lo que afirma la novela Beautiful Rhodesia, los restos mortales del fundador de los boy-scouts descansan en la localidad keniata de Nyeri, donde falleció en 1941. Junto a él, fue enterrada, en 1977, su esposa Olave.

Sí es cierto, en cambio, que la tumba de Cecil Rhodes se encuentra en la región de Matobo, al sur de Bulawayo, en el actual Zimbabwe.

Tumba de Cecil Rhodes


 

miércoles, 11 de enero de 2012

El detective en casa

Hoy he ido a comer a casa de mis padres y, en la sobremesa, el patriarca Erice se ha puesto la txapela de Sherlock Holmes.

Circunspecto, ha abierto Beautiful Rhodesia por la página 135 y ha señalado la cuarta línea empezando por abajo.

—¿No debería poner Ainhoa donde dice Sandra?

El arrogante y joven escritor de la Estafeta no ha tenido más remedio que darle la razón, con lo poco que le gusta dar su brazo a torcer.

Un 10 para el veterano Sherlock Erice.