martes, 5 de septiembre de 2017

El rastro del lobo, de José Luis Muñoz

Desde hace unos meses ya está en la calle El rastro del lobo, segunda novela de la colección Criminal de Ediciones Traspiés (la primera fue Orán ya no te quiere).


Con la incorporación de José Luis Muñoz, uno de los máximos exponentes de la literatura policiaca ibérica actual, Traspiés enriquece su catálogo con una novela muy negra que nos cuenta la vida de Aribert Heim, médico en el campo de concentración de Mauthausen en tiempos de la segunda guerra mundial, y su persecución durante décadas por parte de autoridades y cazanazis.


A lo largo de la narración Muñoz mezcla ambas épocas con habilidad, proponiendo escenarios  diferentes (Egipto, España, Alemania, América Latina...) y utilizando distintas voces (la del fugitivo, la de quienes lo protegen, la de quienes lo buscan, la de sus víctimas...). Así, no es difícil que las personas aficionadas al tema encuentren elementos que puedan resultarles familiares de películas tan conocidas como Los niños del Brasil, La caja de música u Odessa (basada en la famosa novela de Frederick Forsyth). Las alusiones al Mossad o al Centro Wiesenthal son buena muestra de ello.


De todos modos, y por encima de estos ingredientes tan atractivos, los mayores valores de El rastro del lobo descansan sobre una construcción literaria impecable, en la que brilla, a mi juicio, el lenguaje tan crudo empleado en la descripción de la relación que mantienen el Doctor Muerte y una de sus víctimas. Siguiendo con las influencias cinematográficas, Portero de noche volverá a nuestra memoria al leer (y sufrir) estas escenas.

Así pues, esta es una novela imprescindible para quienes quieran bucear en los entresijos contradictorios del alma humana. Y fundamental para quienes disfrutan persiguiendo nazis.