viernes, 30 de diciembre de 2011

Beautiful Rhodesia en Diario de Noticias

Reproduzco a continuación la entrevista que me hizo Ana Oliveira, ayer día 29, en Diario de Noticias, sobre la publicación de Beautiful Rhodesia.

Enlace a Diario de Noticias (29/12/2011)

Carlos Erice aborda el tema de la segregación racial en 'Beautiful Rodhesia'

Se trata de su primera novela, con la que ganó el certamen lópez de torrijos 2011
El hallazgo del cadáver de una joven vasca en Harare es el detonante de esta historia, editada por Ledoria

Pamplona. Autor de numerosos relatos, varios de ellos premiados, el pamplonés Carlos Erice Azanza obtuvo este año con su primera obra larga el Certamen de Novela López Torrijos 2011. Se titula Beautiful Rhodesia y aborda, en una mezcla entre literatura de espías y de viajes, los problemas de segregación que existen en un país del África negra como es Zimbabwe.

Carlos Erice nunca ha estado en Zimbabwe, antes Rodhesia. Su interés por este territorio surgió hace unos años, durante unos Sanfermines, "cuando conocí a una chica blanca de allí". Ella le trasladó una imagen "romántica" del país, "casi al estilo de la baronesa Blixen de Memorias de África". Sin embargo, poco después descubrió que ese era el punto de vista de los blancos, ya que al tiempo supo por un joven negro con el que se encontró en el comedor París 365 el tipo de segregación que habían sufrido sus padres durante años y el dominio político y económico de la minoría blanca. Y "al conocer dos perspectivas tan distintas sobre el mismo país, sentí curiosidad", indica el escritor, siempre interesado por los temas sociales.

Para restar distancia entre Zimbawe y Navarra, Erice apostó por colocar en el argumento algunos personajes reconocibles. Así, todo comienza cuando el cadáver de una joven vasca, hija del embajador español, es hallada muerta en Harare, la capital de la antigua Rodhesia. Miguel Arnaiz, ex guardia civil y agente del Centro Nacional de Inteligencia, recibe la orden de investigar las circunstancias que rodean esa muerte. Por otro lado, Sandra Bokosa, detective de la Policía Republicana de Zimbabwe, es la responsable del caso en su país. Entre ambos se establecerá una compleja relación personal y profesional en la que nada es lo que parece y en la que los dos deberán enfrentarse a la cerrazón de sus respectivos gobiernos, empeñados en ocultar la auténtica naturaleza del crimen. Y es que, hay muchas cosas escondidas en este bello territorio, incluso una de las más sorprendentes y desconocidas rutas de huida de criminales nazis.

Etnothriller Beautiful Rodhesia tiene un poco de todo. De novela de espías, no en vano el autor es rendido admirador de John le Carré, como también lo es de Manuel Vázquez Montalbán, de ahí los toques policíacos, y del sevillano Andrés Pérez Domínguez, que está obteniendo mucho reconocimiento con sus novelas ubicadas en la Segunda Guerra Mundial. En ese sentido, Carlos Erice cree que su novela se abre a un público muy amplio, ya que "lo mismo puede interesar a quienes les guste el género negro o los libros de viajes o los temas de inmigración", dice. Quizá la mejor definición fue la que utilizó otro escritor navarro, Patxi Irurzun, durante la presentación de este trabajo, que calificó de "etnothriller".

En todo caso, Beautiful Rodhesia ya está en la calle y Carlos Erice, satisfecho con el resultado, ya prepara otra novela. Aunque esa será una "tarea a largo plazo". Mientras, continúa con los relatos, casi siempre en torno a problemáticas sociales y a la marginación de las personas. Y, por supuesto, algún día espera visitar Zimbabwe.

Foto de Mikel Saiz, de Diario de Noticias

jueves, 29 de diciembre de 2011

El balón de oro

Buena parte de mi obra pertenece a un género que podríamos denominar narrativa solidaria. Como ejemplos se pueden citar los relatos galardonados en certámenes como el Paso del Estrecho, en Granada, o el MostrARTEnavarra, en Pamplona. El balón de oro ha sido considerado merecedor de un accésit en el Osmundo Bilbao de Muskiz (Bizkaia) y ha sido publicado por la Fundación Juan Bonal, que lo distribuirá en la Red de Bibliotecas de Navarra, cosa que creo que les vendrá muy bien, con eso de que no les dejan comprar libros.

Me gusta escribir sobre estas cosas, y más ahora que creemos estar tan jodidos. Pero siempre habrá gente que esté peor. Aquí os lo dejo.


El balón de oro

Con apenas once años sales de casa. Eres un crío pero ya tienes tus ilusiones. Y aunque resulte tan doloroso, abandonas esperanzado tu familia, tus cosas, tus calles, tu pueblo. Pero tu vida se llena de nostalgia. De nostalgia y de suspiros. Sobre todo cuando los echas de menos. Porque los echas de menos. Muchísimo. A tus amigos, a tus hermanitas y hermanitos, sois seis, a tu abuela, a papá, a mamá. La que más a mamá. Sus besos, su paciencia, sus caricias, su olor, sus meriendas.

Una nueva ciudad.
Cientos de kilómetros de distancia.
Sólo vuelves por vacaciones y no siempre.
Trabajas duro.

Pero compartes tu vida con otros niños que persiguen tus mismos sueños y que temen a tus mismos miedos.

Todo el día pegados a una pelota. La mimamos, la sobamos, la acariciamos, la amamos y también la odiamos. Dicen que nuestras instalaciones son las mejores del país. Nos cuidan bastante bien y la comida no está nada mal. Confían en nosotros. Y nuestras familias están felices y orgullosas.

Sin embargo nuestra infancia poco tiene que ver con la de Diego en Villa Fiorito. Ni con la de Leo en Rosario. Ellos, chicos humildes, de barrio, hijos del desempleo y la pobreza, el día entero con el mismo chándal, dando patadas a viejos balones deshinchados, pelados, descosidos, dejándose jirones de las rodillas en canchas de cemento, grava o asfalto, entre casuchas de uralita y cartón. Hasta que un día llegaron a ser lo que llegaron a ser.

Nuestros balones, en cambio, han sido siempre nuevos, relucientes, brillantes. De las mejores marcas, las más famosas. Casi te deslumbran cuando los ves por primera vez, cuando los tocas, cuando hinchas tus pulmones de ese olor tan especial que desprende el cuero nuevo, cuando recorres cariñosamente sus costuras con las yemas de los dedos. Son los mismos balones con los que vemos jugar a nuestros ídolos en la tele.

En la Liga.
En la Premier.
En la Champions.

Hoy ha venido uno de ellos a visitarnos. Ha sido increíble. Vaya sorpresa. Ha jugado con nosotros un rato. Cómo regatea, cómo chuta. Es fuerte y rápido y no ha dejado de sonreírnos. Cuando se ha ido se ha entretenido un rato enredando sus dedos en mi pelo negro y me ha regalado otra sonrisa y un póster firmado.

Tras él se ha marchado la corte de fotógrafos y cámaras de televisión que le acompaña. Él siempre sonriente.

Qué majo.

Mi compañera Subetha dice que es el que ha pagado la ampliación, la ampliación de la escuela a la que vamos cada tarde después de pasarnos la mañana entera cosiendo balones.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Goa, Damão y Diu

En este mes de diciembre se han cumplido cincuenta años de la invasión de Goa que, junto a los enclaves de  Damão y Diu, constituían la India Portuguesa.

A finales de 1961, Nehru ordenó la conquista del territorio ante la negativa de Salazar de cederlo pacíficamente, un Salazar que se mantenía firme en su viejo sueño imperial de un Portugal tricontinental, desde el Miño hasta Timor, bañado por los océanos Atlántico, Índico y Pacífico.

La aplastante superioridad militar de la Unión India acabó con más de cuatro siglos de presencia portuguesa en la zona. La evacuación de civiles lusos se produjo por mar y aire bajo los bombardeos de las fuerzas armadas indias.

Vassalo negociando la rendición ante oficiales indios
La denominada Operación Vijay se saldó con la muerte de un centenar de soldados indios y portugueses y concluyó con la rendición del general Vassalo e Silva, 128º gobernador de la India, que desobedeció la ignominiosa orden de Salazar que solo esperaba soldados y marineros portugueses muertos o victoriosos.

El retorno a la metrópoli, varios meses después, de Vassalo y sus más de tres mil hombres derrotados, se encontró con el desprecio, la incomprensión y la consideración de traidores por parte de su gobierno y sus compatriotas.

Prisioneros portugueses en un campo de concentración en Goa


El otro día me encontré en un diario navarro, en la sección que recuerda los hechos sucedidos cincuenta años atrás, la petición de la Diputación Foral de Navarra de que regresara a nuestra tierra el cuerpo de San Francisco Javier, que reposa en la catedral de Goa.

Ahora que tengo a un par de amiguetes por allí cerca, curándose y jugando a pelota, aprovecho para desearles un 2012 estupendo.

Catedral de Santa Catarina en Goa

lunes, 26 de diciembre de 2011

Fotos de la presentación de Beautiful Rhodesia


El autor y su obra

Alfonso Etxarte, actor, fotógrafo, cocinillas, mendigoizale y, sobre todo, fortaleza, generosidad y optimismo, pasó el jueves por mi casa, mientras yo planchaba, a dejarme un montón de fotos que hizo el pasado 16 de diciembre, de las que dejo aquí una muestra.

Muchas gracias a ti, Alf, y a todas las personas que me echaron un cable aquella tarde.

Y ya, de paso, gracias a Olentzero que ha dejado a las librerías de Pamplona sin Beautiful Rhodesias. Espero que esta semana lleguen más.


Jesús, Carlos, Patxi

Mi familia...

sábado, 24 de diciembre de 2011

Entrevista en Diario de Navarra

Reproduzco a continuación la interesante charla que mantuvieron Ion Stegmeier y Carlos Erice Azanza sobre Beautiful Rhodesia. Publicada el pasado 21 de diciembre en Diario de Navarra.

Enlace a Diario de Navarra (21/12/2011)

África está en nuestras calles
ION STEGMEIER . PAMPLONA .
  • Con su primera novela, Carlos Erice Azanza ha ganado el Certamen López Torrijos 2011, lo que conlleva la publicación de la obra. "Beautiful Rhodesia" es el título de esta novela negra ambientada en el sur de África.

La Rhodesia que fundó Cecil Rhodes al sur de África estaba gobernada por una elite blanca contra la negra. El primer ministro, Ian Smith, por ejemplo, aseguraba que los negros no gobernarían el país en mil años. Ahora que sí lo hacen, aunque con un gobierno corrupto y tiránico, el país se llama Zimbabwe, pero los blancos siguen refiriéndose a su patria como la "beautiful Rhodesia", la bella Rhodesia. Ése es el título que ha puesto Carlos Erice Azanza (Pamplona, 1971) a su primera novela, un thriller ambientado allí.

La promoción dice: "Racismo, conspiración y muerte en el sur de África". Deja el listón muy alto en las expectativas del lector.
Son cosas de las editoriales pero sí, se juega con esos elementos de racismo, de conspiración, crímenes incluso, en ese ambiente del Zimbabwe que todavía está viviendo las consecuencias de décadas de segregación racial.
¡Incluso aparecen nazis!
Sí, tiene su lógica. Es uno de los elementos claves en el desarrollo de la trama. En todo el cono sur africano los países tenían una minoría blanca con todos los resortes políticos y económicos de esos territorios. Entre esos países está Namibia. Namibia en tiempos fue colonia alemana y queda un grupo de descendientes de alemanes del principios del siglo XX que tienen su papel en la trama.
¿Tiene usted algún vínculo personal con la zona?
Yo no he estado en Zimbabwe. El tema del colonialismo, toda la historia de África en el siglo XX, me apasiona. Pero el origen del libro está en unos Sanfermines de hace muchísimos años. Conocimos a una chica de Zimbabwe, de raza blanca, que te contaba la historia de su país desde el punto de vista de esa élite blanca.
¿Y cómo era?
Te contaba cómo era la granja de sus padres, uno se estaba imaginando a la baronesa Blixen en Kenia y a Robert Redford revoloteando en el avión. Más recientemente conocí en el comedor social París 365 a un inmigrante de Zimbabwe de raza negra que contaba la otra parte de la historia. Sobre todo lo que habían sufrido sus padres en cuanto a no tener derecho a voto, la segregación racial, tener vetada la entrada en determinados sitios o viajar en la parte trasera del autobús... son temas que nos suenan más en Sudáfrica, pero también lo vivieron de la misma forma. Esas dos caras de una misma moneda me interesaron mucho. Tiene un trasfondo social importante.
¿Las historias para ser contadas entonces están en la calle y sólo hay que escucharlas?
Sí. África ya no es un continente que esté al otro lado del estrecho, sino que ya lo tenemos en nuestras calles. Desde hace muchos años tienes vecinos de origen africano, compañeros de trabajo... convivimos con África. Ya no es algo lejano y exótico.
¿Qué tal le ha resultado el salto del relato breve a la novela?
Aunque ya tengo mis añitos, llevo relativamente poco trabajando la ficción. Al ser un escritor novel no es fácil abrirse camino. Gané el premio López Torrijos, que aparte de la cuantía económica lo más interesante era encontrar a alguien que publicase tu primer libro. En este caso he tenido mucha suerte con la editorial Ledoria de Toledo, que han sacado una edición muy cuidada, visualmente muy atractiva y la verdad es que me siento afortunado.
En realidad, ya tenía una gran experiencia escribiendo, pero manuales de formación.
Durante años, y sigo dedicándome a eso, mis lectores han sido usuarios de informática. El salto es gracioso cuando menos.
Y está preparando la historia de las peñas de San Fermín.
Un grupo de chalaos de la federación de peñas estamos trabajando en la investigación para escribirla. Esperamos sacarla para primavera. Saldrá alguna noticia sorprendente o que está en el olvido. Que Fraga, siendo ministro, les diese la placa al mérito turístico a las peñas de Pamplona, por ejemplo. También que fueron machistas y cómo se ha vivido la evolución hacia las peñas paritarias.

BEAUTIFUL RHODESIA

Autor: Carlos Erice Azanza.
Editorial: Ledoria. Tirada: 1.200 ejemplares.
Páginas: 172.
Precio: 15 euros (7,5 en electrónico). Blog del autor: asomadoalaestafeta.blogspot.com

jueves, 22 de diciembre de 2011

La finca de Mugabe

Sois muchas las personas que estos días, al leer Beautiful Rhodesia, habéis mostrado interés sobre la historia y la actualidad de Zimbabwe. Hace algo más de dos años, En Portada emitió este sensacional reportaje en TVE, titulado Viaje a la finca de Mugabe.

José Antonio Guardiola desgrana en él muchos aspectos de la complicada historia del país, desde la lucha por la posesión de la tierra hasta las tensiones raciales, pasando por un análisis de la desastrosa situación política y económica de Zimbabwe.

Aquí encontraréis algunas claves que os ayudarán a comprender el marco que envuelve la novela. Son cuarenta y ocho minutos, pero os recomiendo verlo.

La pena es que creo que pocos reportajes de este estilo veremos ya en nuestras televisiones.


Aquí tenéis el enlace con el reportaje completo en la web de RTVE:

martes, 20 de diciembre de 2011

Andrés Pérez Domínguez


Hace como un par de años, en el puesto de Librería Abarzuza en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Pamplona, un libro me llamó la atención. Su portada, su cuidada edición y, desde luego, su precio. El factor Einstein, de Andrés Pérez Domínguez. La verdad es que no le conocía de nada, pero lo cogí, lo hojeé y Rafa, el librero, me dijo Está muy bien. Y caí.

Lo leí con ganas, a gusto y, sin llegar a encantarme, me hizo pasar muy buenos ratos. No me terminaron de enganchar algunos elementos de la historia, tal vez el carácter de algunos personajes y situaciones, pero en líneas generales me gustó bastante. Siempre me ha interesado el siglo XX europeo y había echado en falta que un autor español tejiera una trama con esos aires de espionaje, género que siempre me ha entusiasmado.

Pero lo que sí llegó a engancharme fue su blog, La separata, y su propio personaje ahí descrito, el de Andrés Pérez Domínguez. No pude evitar mirarlo con simpatía, sevillano él, que me trajo recuerdos de aquellos años que viví en una calle tan literaria como la Camilo José Cela, junto al Sánchez Pizjuán, en aquella época en la que Osasuna y Sevilla se repartían goles y tortas a partes iguales.

Y como digo, me gustó el personaje de Andrés y su cercanía a sus lectores, a través de ese blog, hasta llegar a sufrir enormemente cuando publicó la foto de sus manuscritos empapados, arruinados por una tormenta, manuscritos de los de verdad, de los de boli y cuaderno. Me acordé entonces de Iñaki Echarte, de cuando le robaron el ordenador con toda su obra dentro.

Para alguien que empieza como yo, fue todo un gozo observar que un escritor consolidado como Andrés había iniciado su carrera en pequeños concursos y luego no tan pequeños, hasta llevarse el Ateneo de Sevilla de novela.



Y ahí es donde me ganó definitivamente. El violinista de Mauthausen le salió redonda, con unos personajes sólidamente dibujados y una trama profunda y espléndida en la mejor tradición del género. Vamos, todo un Le Carré sevillano que tocaba con maestría un tema que siempre me ha apasionado. Además, desde mi modesta forma de entender la literatura, Andrés había conseguido pulir aquellas cosas que no me habían gustado de su anterior novela.

Mejorar en cada libro es todo un triunfo y dice mucho de lo que nos puede ofrecer en el futuro.

Así que aquí me tenéis, ansioso por que saque la siguiente y esperando parecerme a él algún día.

Al menos el pelo ya se me está cayendo.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Y todo salió bien, muy bien

El viernes nos reunimos en Calderería para poner de largo a la nena y el acto resultó todo un éxito, tanto por las cosas que se dijeron como por la asistencia entusiasta de parientes y amistades que, además, se portaron y no abusaron en exceso de los potes que pagué a continuación. Beautiful Rhodesia empieza a verse ya en los escaparates de las librerías y eso supone, para un novel que ya no lo es, una alegría tremenda.

Así que quiero agradeceros vuestra asistencia y colaboración y mando un saludo muy especial a los libreros y libreras que ayer acogieron la novela con alegría, a Patxi Irurzun y a Jesús Muñoz y, también, de forma muy especial, a Mario Lamela, coordinador (mayordomo, como le gusta autodenominarse) del Certamen de Novela López Torrijos. Me mandó una carta la mar de emotiva para leerla en el acto y, torpe de mí, me la dejé aquí, en casa, perfectamente impresa. Mil perdones y aquí os la pongo para que podáis leerla.


Hola, Carlos:

Sólo unas palabras para hacerte compañía, para estar a tu lado, que es lo que nos habría gustado; para disfrutar con el grupo de amigos que ahora te acompañan.

Supongo que en estos momentos tienes a Jesús a tu lado. Dale un abrazo. 

Pero, bueno, compensaremos rápidamente estas incidencias que se nos han colado y han impedido que estemos juntos.

No sé qué estarás sintiendo al ver la novela delante ti. 

Sólo quiero decirles a quienes te estén escuchando, que ese simple objeto posado sobre una mesa es un objeto cargado de optimismo:

Optimismo por tu parte: Porque ante el vacío de la página en blanco, en lugar de escapar y no escribir nada (ser un Bartleby) o ponerte a emborronar el papel en plan escritor kamikaze (que los hay), te has puesto a escribir, a crear, y te ha salido una novela; en busca de lector, claro.

Optimismo por parte de Jesús. Que un editor sea optimista en estos tiempos es un oxímoron. Su espíritu renacentista es reconfortante.

Optimismo por nuestra parte. Haber leído tu novela, haberla premiado y haberte conocido, ya justifica nuestro optimismo. Haberte descubierto como escritor y como persona nos dice que los objetivos que nos habíamos marcado en nuestro humilde certamen de novela eran acertados. 

Bueno, ya no molesto más. Sólo les pido, a quienes estén escuchando, que lean la novela y hablen de ella.

Y a ti, Carlos: “Prudencia en el éxito. Una forma sosegada de sabiduría” (Carlos Castilla del Pino) 

Un abrazo de José María y de todas las miembras del jurado.

Mario
Mayordomo

viernes, 16 de diciembre de 2011

En capilla

Aquí estoy, con un ojo en la camisa que no se quiere planchar sola y con el otro en el cielo esperando que no le caiga una teja en el cogote a nadie que esta tarde se pase, a las 20.00, por la Sala Calderería a ver cómo Patxi Irurzun, Jesús Muñoz y un servidor presentamos Beautiful Rhodesia, la gran novela de 2011.

Nos vemos.

martes, 13 de diciembre de 2011

Ongi etorria, baby

Ya está entre mis manos. Hace un rato he ido a Correos y ahora descansa en mi chaise longue, donde fue concebida, gestada y parida.

El viernes la presentaremos en sociedad, a las 20.00, en la Sala Calderería, en Calderería 11. Con la ayuda de Patxi Irurzun y Jesús Muñoz.

Ahora solo falta que vaya llegando a las librerías.

Y que os guste.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Así arranca... Beautiful Rhodesia

Este es el primer párrafo del primer capítulo del debut novelero de Carlos Erice Azanza. Con ustedes, Beautiful Rhodesia.

I

Gracias a Dios, Daphne y las niñas ya estarán en Harare, con mis suegros. Allí se encontrarán bien. Libres y a salvo. Aquí todavía queda comida fresca y un montón de latas de conserva en la despensa. Sigue funcionando el agua corriente, que no es poco. Y aunque me corten la luz, aguantaré. Vaya que sí. Estoy preparado. Hace semanas que limpié y engrasé el M16, el viejo souvenir de mi padre de sus tiempos gloriosos en la Bush War. Hay munición del calibre 5,56 de sobra. La he guardado durante años y no he dejado de practicar de vez en cuando en el campo. Por si acaso. Que vengan, que vengan, que les estoy esperando. No voy a rendirme, no, no voy a entregar mis tierras sin pelear. Y no pienso dejarme matar como un puto perro. Como el pobre Allan Dickinson el año pasado.
Negros de mierda.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Más sobre Johnny Clegg

El otro día comentaba que la música de Johnny Clegg revolotea en torno a Beautiful Rhodesia. Pero si existe una figura que sobrevuela la novela, ésa es la de Nelson Mandela.

Sobrecoge ver la sonrisa perenne de este gigante físico y moral, capaz de reconciliar a su pueblo por encima de razas después de años de cárcel, muerte y apartheid, algo que no consiguió Robert Mugabe en Zimbabwe.

Por cierto, en nuestra tierra podríamos aprender mucho de este hombre sobre perdón y reconciliación.



Asimbonanga (No lo he visto)
Asimbonang 'uMandela thina (No hemos visto a Mandela)
Laph'ekhona
(En el lugar donde se encuentra)
Laph'ehleli Khona (En el lugar en que se encuentra)

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Carlos Aurensanz

En un artículo anterior sobre narrativa navarra dije de este veterinario tudelano que podíamos considerarlo como el Ken Follet ribero, por el extraordinario éxito de ventas de su primera novela Banu Qasi. Los hijos de Casio. Aparte de Ken Follet le llamé otra cosa que le hizo mucha gracia y que no voy a repetir, no vayamos a enfadarle.

Siempre me ha gustado la novela histórica. Considero que los buenos libros han de ser capaces de trasladarnos a otras épocas, a otros lugares o a otras almas. Pero hacía meses que no le hincaba el diente al género, por aquello de que tienden a ser obras voluminosas que te quitan tiempo para conocer a otros autores con textos más breves.

Sin embargo, atraído por el éxito y las buenas críticas, hace unas semanas me compré este primer volumen sobre el Al Andalus navarro y debo decir que no me ha defraudado. Siendo como somos una tierra con tantos siglos de historia, me apena lo poco que conocemos de ella.

Y Carlos Aurensanz ha novelado de manera prodigiosa y amena la génesis de nuestro Viejo Reyno, este Reyno que está a punto de conmemorar cinco siglos de su invasión por Fernando el Católico.

El otro día le leí en una entrevista que tiene ganas de salirse del género histórico, sin duda por el esfuerzo de documentación que exige acometer una obra de estas características y el corsé que supone ceñirse a unos hechos históricos concretos.

De todos modos, el tío ya tiene en la calle la segunda parte, Banu Qasi. La Guerra de Al Andalus, y debe de andar liado preparando el volumen que cierre la trilogía.

¡Qué cabrón!

martes, 6 de diciembre de 2011

Beautiful Rhodesia. Banda sonora


Andaba esta mañana escuchando una entrevista a un novelista de cierto éxito que, por cierto, no era manco al defender las excelencias de su libro, cuando le han preguntado sobre cuál podría ser la banda sonora de su novela. Ha reflexionado unos instantes y, como quien no quiere la cosa, ha hablado de no sé qué canción.

Yo también tengo preparada la respuesta a esa pregunta, desde el mismo momento en que empecé a escribir Beautiful Rhodesia.

Sin duda.

Johnny Clegg, gran músico sudafricano y tremendo activista antiapartheid.

Y su Scatterlings of Africa, esos vagabundos de África.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Sanz-Briz

Ayer vi un anuncio en TVE acerca de una película para televisión titulada El ángel de Budapest, próxima a estrenarse, y que será protagonizada por Francis Lorenzo, un actor cuyo talento creo que ha sido desaprovechado por la televisión y el cine español.

La peli está basada en la actuación de Ángel Sanz-Briz, encargado de negocios en la embajada de España en Hungría durante la Segunda Guerra Mundial. Este diplomático contribuyó a la salvación de centenares de judíos húngaros durante la época de la ocupación alemana. No fue el único diplomático europeo empeñado en tal tarea. De Sousa Mendes, Wallanberg, Gruninger u otro español, Santaella, entre otros, obtuvieron el reconocimiento del gobierno de Israel que les concedió el título de Justos entre las Naciones. También forma parte de esta lista el archiconocido industrial alemán Oskar Schindler.

Para salvar a los judíos del Holocausto, Sanz Briz se basó en el Real Decreto del Directorio Militar del general Primo de Rivera de 1924 que otorgaba la nacionalidad española a los judíos que pudieran acreditar su origen sefardí. Este decreto, junto con otro diplomático español, Javier Ruigómez, desempeñan un papel crucial en la trama de Beautiful Rhodesia.

Aquí dejo el trailer de esta película que, desde luego, presenta una excelente factura. El argumento es apasionante.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Patxi Irurzun

Supongo que por mi deformación académica económica, tengo la manía de montarme una excel en la que anoto los libros que leo cada año y voy sumando el total de páginas que me trago. Ayer le eché un vistazo y caí en la cuenta de que a quien más he leído este año es a Patxi Irurzun. Así que, siguiendo la máxima karateko-laportiana de dal sela pulil sela, voy a hacerle la rosca, pues ha aceptado con entusiasmo presentar mi Beautiful Rhodesia el próximo 16 de diciembre.

Compré hace tiempo Atrapados en el paraíso, Premio a la Creación Literaria del Gobierno de Navarra 2004 y lo devoré en marzo. Cuenta su viaje a Payatas, el vertedero de Manila, y a Nueva Guinea, lo que demuestra la preocupación social del autor por el lado más sórdido de la especie humana. Podría destacar la calidad de su prosa y blablabla, pero como de eso no entiendo demasiado, sí puedo afirmar en cambio cuánto me conmovió, tanto en la descripción de personajes como en la de ambientes y situaciones. Mención especial merece el personaje de Malen, su compañera, la más guapa del barnetegi en el que la conoció, y a la que deja plantada para irse a escarbar entre la basura, la real y la metafórica. Me parece preciosamente irónico y literario el sms que ella le manda a las 12 del mediodía del 6 de julio, nuestro primer txupinazo juntos, desde la otra punta del mundo.

Dios nunca reza, su último libro, podría considerarse una continuación de este Atrapados. En forma de diario, nos cuenta su verano de 2008, en el que Malen está ya embarazada de su segundo retoño, cambian de casa y Patxi es finalmente despedido. Una historia que no sería especialmente atractiva se convierte en una crónica apasionante y sincera sobre su vida, su trabajo, su amor y sus sueños de escritor. Y me encanta el realismo con el que cuenta su relación con Malen, a la que adoraba embobadamente en Atrapados y a la que ama y enfada, a partes iguales, unos años después. Vamos, vida de pareja en estado puro.

Y, finalmente, ¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!, que leí en vísperas de San Fermín, cuando todo nos parece genial y maravilloso, me dejó con la boca abierta. Un novelón que, siendo simplistas, podría calificarse de humorístico o porno, pero que esconde una preciosa historia de amor, una descripción de las miserias humanas y una crítica feroz de nuestra sociedad, la mundial y la pamplonesa. Me encanta la recreación de los 80 de esta gloriosa ciudad, con su borroka, su pijismo, sus punkis y mozorros a palos por Calderería, su rock radical vasco y su ombliguismo foral.

Para mí, Patxi y Laporte son dos de las referencias de la literatura navarra actual, esa locomotora a la que yo les pedí subirme un día y a lo que Patxi contestó que, si hacía falta, la desviaban hasta Rhodesia. Qué gran tipo, ¿no?

No soy el único que lo dice.