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lunes, 25 de marzo de 2013

Lágrimas sobre Gibraltar

Alguna vez he comentado la escasa atención que la literatura española ha prestado a la novela de espías. Así como el género negro en castellano ha sido siempre pujante y en la actualidad vive una época de esplendor, los agentes secretos (tal vez por eso, por ser secretos) no han gozado de demasiada presencia en los escaparates de nuestras librerías. Afortunadamente, existen algunas excepciones, como las encarnadas por Andrés Pérez Domínguez y, en cierto modo, por Ignacio del Valle.

Pues bien, estos días he descubierto a alguien que puede erigirse en la gran figura del género. Me refiero a Carlos Díaz Domínguez y a su espléndida novela Lágrimas sobre Gibraltar.

Ambientada al final de la década de los 60, cuando Franco decidió cerrar la verja que separaba la colonia británica del resto de la Península Ibérica, Lágrimas sobre Gibraltar describe un plan para la invasión militar de la Roca.

Narrada con ritmo trepidante y exquisita perfección formal, nos introduce en un apasionante duelo de espías entre los entonces incipientes servicios secretos españoles, el Seced, precursor del Cesid y del actual CNI, y los legendarios MI5 y MI6 británicos. Para ello, Díaz Domínguez no duda en mezclar en la trama personajes de ficción con reales como Carrero Blanco, el premier inglés Harold Wilson y el propio Franco; incluso, el autor juega con la presencia del seleccionador español de fúbol Kubala y jugadores de la época como Asensi o Gento, pues un partido de fútbol entre las selecciones de España y Finlandia será la tapadera perfecta para concentrar a cientos de legionarios en la frontera gibraltareña.


Nos encontramos, pues, ante un novelón de esos que se leen en un suspiro, que hará las delicias de los amantes del género y vencerá las reticencias de aquellos que consideran que la novela de espías es un género menor.

Porque, ante todo, Lágrimas sobre Gibraltar es un ejemplo de alta literatura; eso sí, la mar de entretenida, algo que, desconozco la razón, repugna a tanta gente.

viernes, 15 de febrero de 2013

El guardián invisible, de Dolores Redondo

Sobre que en este rinconcito a los pies de los Pirineos también se escribe novela negra ya hemos hablado en alguna ocasión en este blog. Y que la literatura navarra esté viviendo un momento dulce no es noticia tampoco.

Por eso produce una satisfacción brutal que Dolores Redondo, una de los nuestros, esté arrasando con El guardián invisible, la primera entrega de una trilogía policíaca ambientaba en el valle del Baztan, y que está contando con un espectacular lanzamiento editorial, no solo en la península Ibérica, sino también en toda Europa.

Redondo, nacida en San Sebastián y afincada en Cintruénigo desde hace años, nos presenta en esta novela a Amaia Salazar, vecina mía de la calle Mercaderes, inspectora de la Policía Foral y responsable de la investigación de una serie de crímenes producidos en los alrededores de Elizondo.

Este hecho, el que la Policía Foral se incorpore a la literatura policíaca, supone un atractivo tremendo para el público navarro. Si a ello le sumamos la currada que se ha pegado la autora para describir sus procedimientos de trabajo lo que los yankis llaman police procedural novel, algo no demasiado habitual en el género negro en castellano—; si a esto le unimos también cómo nos cuenta sus conflictos internos o de competencias con otros cuerpos policiales como la Guardia Civil; si además es capaz de trenzar una trama que juega con la mitología mágica vasca y los ciscos familiares; y si finalmente maneja todo con un ritmo narrativo sabiamente medido, uno puede explicarse perfectamente las claves del éxito de esta novela entre los fans del género.

Así que me alegro un huevo por Dolores.

Y por quienes escribimos literatura negra en esta tierra, claro.


Dolores, con el río Baztan detrás (foto Diario de Noticias)
 

martes, 12 de febrero de 2013

La caja de música y el filólogo asesinado

Ganar un premio de novela reporta, como podréis suponer, una alegría inmensa. Y si es la primera vez, ni os cuento.

Te llegan entrevistas, te entregan el premio, te conviertes en estrellita por un día.

Luego arranca el curro con la editorial, correcciones, maquetaciones, galeradas, lecturas, relecturas y el momento mágico de recibir el diseño de la portada.

Más tarde llegan las presentaciones, las firmas, autógrafos a algún despistao y asistir a la repercusión de la novela, tanto en ventas como en críticas.

Pero un poco más tarde, un año en mi caso, llega un momento aterrador, el de leer la novela finalista. En el López Torrijos 2011, que ganó Beautiful Rhodesia, la finalista fue La caja de música y el filólogo asesinado, de José Javier Muñoz.

Pavor, pavor es lo que sentía cuando la abrí. ¿Y si era mejor que la mía? ¿Y si el jurado se había columpiado con el fallo?

Es evidente que la subjetividad es inherente al veredicto de un concurso literario. Para mis padres, resulta obvio que Beautiful Rhodesia fue la mejor, no solo de esa edición del López Torrijos, sino de toda la literatura en castellano, por delante claramente del Quijote.

Yo no lo tengo tan claro. He disfrutado mucho esta caja de música. Tiene elementos en común con mi novela. Una cierta trama de intriga, un ambiente exótico, una estructura narrativa atractiva.

José Javier Muñoz nos lleva a la República Dominicana, de la mano de un agente literario que lee y evalúa la autobiografía de una antigua prostituta y que teme verse salpicado por un crimen relacionado con ese manuscrito.

Con estas premisas, Muñoz nos muestra una obra con pinceladas de novela social, de descripción de las mafias de explotación y turismo sexual e incluso de la situación de la inmigración latinoamericana en España.

Es también una novela de amor y un libro que desvela en cierto modo estrategias para medrar en el mundo editorial.

Como veis, es una novela la mar de completa en cuanto a temática, de lectura absorbente y hábilmente tejida.

Lo cual hace que, como decía aquel, me llene de orgullo y satisfacción haberme llevado ese López Torrijos 2011, tan inolvidable para mí.


***La caja de música y el filólogo asesinado, publicada por editorial Ledoria.


 

viernes, 8 de febrero de 2013

'Beautiful Rhodesia' en La Ventana Inventada

A Javier Díez Carmona, autor entre otras de Correr a ciegas y maestro en novelas con viaje, le gusta Beautiful Rhodesia.

No es mala referencia, pues.




Circuncisión masculina, la mejor solucción contra el SIDA” (¡¡!!)

Un agente del CNI y una detective de la policía de Zimbabwe unen sus fuerzas para resolver un asesinato incómodo, el de la joven hija del embajador español en la antigua Rhodesia.

Con este clásico argumento de novela negra, Carlos Erize nos invita a navegar por el pasado, presente y futuro de Zimbabwe, un país donde pobreza y corrupción caminan de mano del racismo, de la intolerancia de blancos contra negros y viceversa. Un país donde no sorprende la presencia de viejos criminales nazis adecuadamente camuflados y protegidos.

Beautiful Rhodesia fue una agradable sorpresa. Me acerqué a ella con precaución, sin más referencias que los comentarios leidos en facebook y esos fogonazos de historia rhodesiana que el autor cuelga en su blog. Pero pronto me vi enganchado en una trama bien estructurada, un argumento absorbente y una ambientación muy lograda. La habilidad del escritor para documentarse y la diversidad de sus fuentes parecen determinantes a la hora de ofrecer al lector un producto equilibrado y bien elaborado, que se devora en poco tiempo. Y que ganó el III Certamen de Novela Correduría López Torrijos.

sábado, 12 de enero de 2013

Andreu Martín

Andreu Martín (Barcelona, 1949) es toda una referencia para la novela negra en catalán, esa gran desconocida para el público castellanolector. Aun así, su obra se ha abierto camino en el panorama editorial desde hace años y buena muestra de ello es el éxito de su última novela, Cabaret Pompeya, así como el de otras anteriores, como Barcelona ConnectionSi hay que matar se mata, que le han hecho merecedor de premios como el Ateneo de Sevilla, el Carvalho, La sonrisa vertical o el Hammet.

Estos días he tenido oportunidad de leer De todo corazón (De tot cor), con la que obtuvo el Premio Alfons el Magnànim en 2008.

En ella, Andreu Martín retrata ferozmente el mundo de la prensa del corazón, en una sórdida mezcla de colores, el rosa y el negro. Un tema como este, que podía ser perfectamente tratado en forma de parodia, en manos de Martín adquiere tintes desasosegantes, crudos y drámaticos, no exentos en algún momento de ironía y un toque socarrón.

Más allá de la historia, con personajes potentes (me maravillan los periodistas carniceros, las folklóricas, el inspector Miralles y, sobre todo, Lucas), De todo corazón supone un ejemplo de ejercicio literario, del tipo al que aspiramos muchos autores, como es el cambio de registros, de estilo incluso, que consigue de forma aparentemente sencilla mezclando distintas novelas en una sola.

Y, desde luego, consigue abrir en canal un mundo tan curioso como el de este tipo de periodismo, siempre tan exitoso.

martes, 16 de octubre de 2012

Novela negra sudafricana (III)

Hasta 1916, Namibia fue conocida como el África Sudoccidental Alemana. Ese año, en el curso de la Primera Guerra Mundial, las tropas del general sudafricano Jan Smuts ocuparon el territorio. La Sociedad de Naciones y, posteriormente, la ONU, confirmaron el mandato sudafricano sobre la antigua colonia alemana.

En los años 60, las Naciones Unidas ordenaron al gobierno de Pretoria la descolonización de Namibia, orden que Sudáfrica desoyó, anexionándose el país, hasta que, en 1990, y ya en los albores de la caída del apartheid, se proclamó la independencia.

Fue en esa Namibia ocupada en la que la londinense Margie Orford fue criada. Activista antiapartheid, fue perseguida por el régimen segregacionista sudafricano. Parte de sus actuaciones se centraron en la denuncia de la explotación sexual de mujeres en el sur de África, eje central de la novela Preciso como un reloj, publicada en España en 2009 por Roca Editorial.

Muchas veces vemos la novela negra como divertimento, como ejercicio mental en el que resolver un misterio y disfrutar de personajes socarrones y cínicos y de una literatura mejor o peor elaborada.

Ese tópico se desmonta en esta novela, desasosegante y dramática, que describe crudamente las redes de prostitución y pornografía infantil de la Sudáfrica post-apartheid. Superadas tantas décadas de racismo institucionalizado, el país se ha convertido en una nación multirracial y democrática, pero acosada también por las desigualdades socioeconómicas y la corrupción.

Llama la atención cómo la autora elude etiquetar a sus personajes en función del color de su piel, pero también critica veladamente el distinto modo en el que se dedican recursos a la investigación de una serie de asesinatos cuando las víctimas son adolescentes de apellidos europeos.

Preciso como un reloj es un espejo de esa Ciudad del Cabo actual, cosmopolita, imán para la inmigración del resto de África. Esta nueva Sudáfrica multiétnica queda reflejada en las complejas relaciones que se establecen entre un inspector de origen indomusulmán, Riedwaan Faizal, y Clare Hart, periodista y asesora de la policía, de raza blanca.

Margie Orford se constituye, pues, en un referente ineludible de esa emergente literatura negra sudafricana, junto a nombres consagrados comos los de Deon Meyer y James McClure, al que homenajea apellidando Swanepoel a una de las víctimas, igual que el niño chivato y aficionado a la investigación policial de El leopardo de la medianoche.

Margie, fotografiada por Brooke Fasani
 

lunes, 8 de octubre de 2012

Iñaki Otazu, un hombre afortunado

Hace unos meses, un amigo común me regaló la última novela, dedicada, de Iñaki Otazu Elcano. Se trata de Tribulaciones de un hombre afortunado.

No desvelo ningún secreto si digo que me gusta estar al tanto de las novedades que nos brinda la narrativa navarra, y esta no ha sido excepción.

El punto de partida de la novela es relativamente sencillo. Luis Alberdi, redactor de esquelas del Diario de Navarra, resulta agraciado con el gordo de la Primitiva. A partir de ahí, su vida cambiará.

Iñaki relata varios meses en la vida de este tío tan gris con agilidad, con un ritmo muy vivo, mezclando hábilmente voces y estilos, en los que podemos apreciar influencias del Mendoza más bufo en algunos rasgos de su protagonista, para llevarnos a un patético y dramático descenso a los infiernos.

Todo ello muy bien hilvanado, con aires que bordean el thriller, y con pinceladas locales de esta Pamplona nuestra, tan particular, describiendo algunos resortes de sus poderes, desde el omnipresente Diario de Navarra hasta los chanchullos financieros de algunas entidades bancarias o de conocidos despachos de abogados, pasando por manías tan hiperlocales como la que solemos tener al servicio de taxis de esta ciudad o ese contrapoder navarro latente encarnado en Mikel Urmeneta y Kukuxumusu.

Es, también, una novela muy original que sabe combinar la comedia, el amor, la crisis existencial, el alcoholismo, la risa, las relaciones personales y el fracaso gracias a una curiosa mezcla de géneros.
 
Y te acaba dejando con la sensación de que no se es más afortunado por contar con unos cuantos millones de euros en el banco.
 
Aunque esto último yo no lo tenga tan claro.

Iñaki, en una foto tomada de eitb.com

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Tu alma en la orilla

Cuando conoces a Ignacio Lloret, te apabulla, sin duda. Al menos a mí, porque es una de esas personas dueñas de un cerebro más rápido que Usain Bolt sobre el tartán, con una capacidad de expresión oral desmesurada, inteligente, erudita.

Y cuando te acercas a su obra temes que te entre una especie de estrés lector y acabes por sentirte empequeñecido.

Así que, cuando al más puro estilo cazautógrafos, le pedí que me firmara un ejemplar de Tu alma en la orilla, en la Feria del Libro del pasado junio, decidí dejar reposar su libro unos meses, hasta que llegara el otoño.

Porque ese recorrido por un puñado de playas, en las que desgrana con madurez y perspectiva una historia de amor, tiene algo de otoñal, de reposado, de cielos grises y pies descalzos sobre la arena. Relajante, en suma, con una forma de escribir que, a través de sus páginas, te lleva a mirarte a ti mismo, pausadamente, de una forma muy alejada de esa imagen de torbellino que transmite cuando hablas con él.

El tío, además de culto, es listo, y sabe manejarse juntando letras. En poco más de ciento cincuenta páginas, bordea con fundamento la poesía, el libro de viajes, el diario personal, el relato corto e, incluso, la psicología. Es un libro en el que, evidentemente, ha dejado su alma. O no, pero lo parece, y eso es lo bueno de la literatura buena.

Sé que no será un bombazo, pero sí que va a ser un libro de largo recorrido, de los que crecen con el boca a boca, o el blog a blog.

Porque es, sencillamente, acojonante.


 

martes, 7 de agosto de 2012

Herederos del paraíso

Por estas fechas, muchas personas me piden que les sugiera novelas para el verano, que en esta época tienen tiempo para leer. ¿Qué pasa, que en invierno no comen ni duermen? ¿Solo se puede leer en verano? En fin, que me desmando y lo que quiero es hablar de otra cosa.

Como sé que a mucha gente le va la novela de intriga, con toques de historia y arte, hoy voy a recomendar una novela, navarra por supuesto, de J.L. Martín Nogales, Herederos del paraíso, que me he merendado entre lanzamientos de jabalina, triples de Kobe Bryant y cagadas de la selección española olímpica de fútbol.

Martín Nogales maneja el lenguaje de forma impecable y aparentemente sencilla, sabiendo dotar a su novela del ritmo que todo buen thriller requiere.
En el turbulento Madrid de comienzos de 1981, entre atentados de ETA, golpes de estado y manifestaciones ultraderechistas, el autor nos sumerge en una historia ágil en torno al robo de un objeto artístico del Palacio Real. Combinando ingredientes tan propios del género como el policía desencantado, la atractiva experta en arte y los oscuros intereses políticos, Martín Nogales establece un más que interesante paralelismo entre el declinar de los Austrias encarnado en Felipe IV y la restauración borbónica en la persona de Juan Carlos I (no deja de sorprender la coincidencia en el tiempo con los líos tan de actualidad en la monarquía española).

Herederos del paraíso es, pues, una novela adictiva, de ésas de las que cuesta desprenderse y que hará pasar un buen rato a quien se acerque a ella. Y con el añadido de una excelente ambientación en dos épocas tan apasionantes como la del Conde Duque de Olivares y la Transición española.

martes, 24 de julio de 2012

Ignacio del Valle

Hace algún tiempo intercambié con Eduardo Laporte una serie de twits, tuits o como se escriba, sobre novelas de playa y novelas de sofá, sobre novelas livianas, aptas para ser leídas en cualquier parte, y novelas que requieren una cierta concentración para su lectura. Para mi asombro, Eduardo defendía su capacidad para el disfrute de la literatura en la playa, aunque algún cuerpo humano con determinadas características pudiera llegar a distraerle fugazmente.

A mi juicio, existe un ambiente menos propicio aún para la lectura, como es el de un hospital, un ambiente que me ha tocado vivir recientemente. Y oigan, hay que ser muy hábil escribiendo para captar la atención de un lector que se encuentra en semejante ambiente, con personal médico, de enfermería, pastillas, oxígenos, visitas, análisis y tubos por todas partes.

En una de esas jornadas sanitarias abrí El tiempo de los emperadores 
extraños, de Ignacio del Valle. Había oído hablar de sus obras, de Silencio en la nieve, peli basada en esta novela protagonizada por Juan Diego Botto y Carmelo Gómez, contaba con referencias excelentes y hasta me había convertido en seguidor suyo en ese chisme llamado Twitter.

Más de una vez he leído las quejas de Andrés Pérez Domínguez sobre un cierto desprestigio que acompaña a las novelas de nazis. La de Ignacio del Valle también juega con este elemento, y tanto a él como a Andrés puedo decirles que no se preocupen, que si siguen siendo capaces de escribir así de bien, no habrá crítico con la jeta suficiente para dejar sus novelas en mal lugar.

Porque El tiempo de los emperadores extraños no es solo un thriller trepidante, excelentemente ambientado en las andanzas de la División Azul en las estepas heladas que rodeaban Leningrado a finales de 1943; no es solo la historia de un asesino en serie, una novela de venganzas y rencores, sino que también es un alarde de técnica narrativa, sabiamente equilibrada en el fondo y en la forma, y que consigue atrapar tu alma aunque la tengas distraída por la salud de la mujer que te trajo al mundo.

Gracias, pues, Ignacio, por los ratos que me has hecho pasar, y me apunto a seguir con entusiasmo el resto de tu carrera literaria.


lunes, 25 de junio de 2012

Blues y otros cuentos

Aunque he ganado unos cuantos certámenes de cuentos, he de reconocer que no me siento demasiado cómodo en el género. Ni escribiendo ni leyéndolos.

Soy contradictorio, ¿verdad? Pues sí, aunque esperemos que esto no lo lea ningún jurado.

En fin, hace ya un tiempo, Alf Etxarte, cocinero, fotógrafo, escritor, mendigoizale, superviviente, actor y muchas cosas más, me prestó Blues y otros cuentos, un libro de relatos que su hermano, el poeta navarro afincado en Madrid Iñaki Echarte Vidarte publicó hace algo más de dos años con Ediciones Baile del Sol.

Como comentaba, no suelo frecuentar el género, al menos como lector, y como autor lo hago de forma bastante esporádica.

Por eso, uno de los aspectos que más me llama la atención de los libros de cuentos que pasan por mis manos es la capacidad de sus autores de dar a sus libros unidad, aunque sus páginas recojan un mogollón de historias independientes y aparentemente inconexas.

Y, sin duda, Blues y otros cuentos logra este objetivo con aplomo y rotundidad. Apoyándose en sus filias y sus fobias, en sus recuerdos y en sus sueños, Iñaki nos ofrece un libro íntimo, muy suyo y, consiguiendo, a mi juicio, una voz propia, ese grial que tanto buscamos los aspirantes a escritor.

A Iñaki se le nota su vena poética a la hora de mezclar palabras y jugar con los estilos, ofreciéndonos desde relatos de corte clásico a otros más avanzados y experimentales. Y siempre consigue con naturalidad y aparente sencillez superar esa sensación que queda al leer determinados libros de cuentos, que no son más que meras recopilaciones.

Porque el mayor mérito del libro Iñaki es precisamente ése, el de ser un verdadero libro.

De relatos, por supuesto.

jueves, 31 de mayo de 2012

Palmeras en la nieve

No os voy a descubrir ahora mi afición por los temas africanos y por intentar leer cualquier novela o ver cualquier peli relacionada con nuestros vecinos del sur.

Hace unas semanas, en Onda Melodía, entrevistaron a Clara Sánchez y después a mí. Y, a continuación, tuve la oportunidad de conocer telefónica o radiofónicamente (o de ambas maneras a la vez) a Luz Gabás.

Como yo, Luz ha mirado a África para escribir su primera novela. En su caso, a Guinea Ecuatorial, primero colonia, después provincia española y, desde octubre de 1968, estado independiente.

Mis últimas experiencias con novelas españolas ambientadas en África no habían sido demasiado buenas. En algunos casos, me dieron la impresión de que, sobre un manuscrito original, el autor o autora se había visto obligado a prolongar artificialmente la historia hasta alcanzar las 700 u 800 páginas que parece que necesitan ciertas editoriales para apostar por un libro.

Con esa prevención inicié la lectura de Palmeras en la nieve. Una prosa rápida, muy visual, con una historia que mezcla las realidades tantas veces contrapuestas de colonos y colonizados, me atrapó eficazmente.

Amor, aventuras, racismo y represión del emergente nacionalismo ecuatoguineano se unen al dolor y la nostalgia de aquellos españoles que se vieron obligados a abandonar precipitadamente su tierra africana. Luz Gabás hace girar la novela en torno a un tema oculto durante décadas, como es el de las relaciones sexuales y amorosas entre europeos y nativos y, aunque en algunos momentos se acerca peligrosamente al culebrón, sabe alejarse de ese riesgo airosamente.

Así que, si os apetece pasar un poco de calor húmedo, poneos el salacot y preparaos a oler a cacao.

Yo me lo pasé pipa.

Guardia Civil en Santa Isabel (Malabo). Años 60

lunes, 7 de mayo de 2012

El círculo alquímico

Lo confieso. Hace muchos, muchísimos años, fui un friki de las novelas esotéricas. Devoraba a toda pastilla cualquier libro que tuviera que ver con templarios, santos griales, conspiraciones vaticanas y mensajes ocultos en pirámides o cuadros misteriosos. Recuerdo, por ejemplo, cuánto me enganché de adolescente a Philipp Vandenberg y La conjura sixtina o, incluso a El péndulo de Foucault de Umberto Eco.
Hasta que llegó el boom del decepcionante Dan Brown con El Código Da Vinci y me alejé del género, yo pensaba que para siempre.

Pero como la tentación vive ahí arriba, o ahí fuera, no he sabido resistirme a catar El círculo alquímico, de mi colega de editorial Paco Gómez Escribano.

Tal cual.

Y he flipao. Empecé a leerlo en una de estas tardes lluviosotorrenciales de abril y me ha reconciliado con el género, sí, sí, como lo leéis. Aunque este círculo es mucho más que esoterismo, mucho más. Paco te lleva de viaje, de Berlín a Toledo, a Jerusalén, a Estados Unidos y a El Cairo. Y te hace viajar también en el tiempo a través de una novela negra, incluso de espionaje, narrada con un ritmo trepidante forjado en sus diálogos y en la acción constante. De paso, además, me ha refrescado lo poco que recordaba de aquellas chulísimas clases de Historia del Arte de COU, con sus catedrales, sus frescos y sus pintores manieristas.

Paco fumando, como casi todos sus personajes

No contento con eso, El círculo alquímico dibuja una galería amplia de personajes, de entre los que me quedo con ese enigmático Boris Vasílievich y con los curas de todos los credos, uno de los cuales es navarro, como no podría ser de otra forma.

Pues eso, que Paco sí que vale y amenaza con otra novela para junio, también en Editorial Ledoria, creo.

Ganas tengo.

Lo malo de Paco es que es merengón. Y, por si fuera poco, también del Athletic.

Es que no somos na.



viernes, 13 de abril de 2012

Beautiful Rhodesia en Calibre 38

Calibre 38 es una interesantísima revista on line, imprescindible para amantes de la literatura negra. Que te mencionen ahí, junto a lo más granado del género, sienta, como os podéis imaginar, la mar de bien.


Zimbabwe, en clave negra
José Javier Abasolo

 

Una de las principales características de la novela negra, que la hizo tan atractiva para sus potenciales lectores desde el comienzo del género, fue sin lugar a dudas el hecho de que los autores recogían las historias de su propio entorno, casi puede decirse que en el descansillo de su escalera, y hablaban de los problemas de las ciudades y del tiempo en que vivían. Quizás, por ese mismo motivo, en los regímenes dictatoriales no está bien visto el género y como ejemplo tenemos a la misma España. Hasta que murió el dictador no pudo desarrollarse una auténtica novela policíaca crítica y arraigada en nuestra sociedad.

Pero como suele ocurrir en casi todos los aspectos de la vida, siempre hay excepciones. Y los mismos escritores anglosajones que nos mostraron las miserias de sus conciudadanos sin pudor alguno, empezaron a entretejer historias ubicadas en parajes muy lejanos a aquellos en los que habían nacido y vivían. Se les reprochó que buscaban un exotismo fácil y que lo que practicaban era una simple literatura best-seller (como si vender mucho fuese un pecado o estuviese reñido con la calidad), pero si hay algo que no tienen los escritores nacidos a la sombra de los imperios regidos desde Londres y Washington son complejos de ese tipo y poco a poco han ido creándose obras de calidad y en las que esa supuesta búsqueda del “exotismo” no está reñida con la capacidad para describirnos unos países muy alejados de los suyos geográfica y culturalmente e incluso diseccionarlos con bisturí de cirujano.
En la literatura criminal española el camino se ha recorrido más lentamente. Bastante hemos tenido con inventarnos, partiendo prácticamente desde cero (con la honrosa excepción de García Pavón y su Plinio) un género negro nuestro y creíble, como para aventurarnos por caminos poco hollados y aparentemente sembrados de minas. Y sin embargo ya se están dando pasos, y pasos muy firmes, además.

Beautiful Rhodesia, la novela de Carlos Erice que fue ganadora del “III Certamen de Novela Correduría de Seguros López Torrijos”, es un buen ejemplo de ello. El escritor navarro sitúa la trama en una nación africana prácticamente desconocida para nosotros, Zimbabwe, que en la época del dominio blanco se llamaba Rhodesia. Allí, al igual que ocurrió en Sudáfrica, desapareció el dominio blanco, pero en lugar de crearse, como en el país de Mandela, una democracia multirracial que pese a sus defectos va saliendo adelante, en Zimbabwe a un régimen racista blanco le siguió un régimen corrupto negro en el que a sus dirigentes, eso sí, no les importa para nada tratar con los antiguos opresores blancos cuando se trata de hacer buenos negocios.

En ese contexto geográfico y social es asesinada, a la salida de una macrodiscoteca de éxito entre los jóvenes con una buena posición social y económica, la hija del embajador español, en lo que parece ser un asalto con motivaciones económicas. Pero tanto para evitar posibles conflictos diplomáticos como para detener la ola de ataques racistas que con esa excusa se están desatando en España, las autoridades del país africano aceptarán que un agente español intervenga en la investigación. Miguel Arnaiz, un antiguo guardia civil destinado al principio de su carrera en Euskal Herria, y que posteriormente trabajó en varios países africanos, será el enlace con las autoridades zimbabuenses, para lo que se verá obligado a trabajar con Sandra Bokosa, una joven policía zimbabua, madre de un pareja de gemelos a los que tiene que cuidar en solitario, tras ser abandonada por su marido.

Muy pronto Miguel y Sandra comprenderán, de hecho sus superiores respectivos han sido muy explícitos al respecto, que más que la averiguación de la lo sucedido lo que necesitan es encontrar (o incluso inventarse) una explicación tranquilizadora, buscar un culpable que a todo el mundo le venga bien. Pese a ello en ocasiones juntos, y a veces por separado, ambos agentes intentarán llegar a la verdad del asunto, aunque el tiempo sea escaso y los medios limitados. Y mientras el capitán Arnaiz y la teniente Bokosa se empeñan en su tarea, Carlos Erice nos va mostrando, con mano firme y una amena escritura, la realidad de un país con un gran potencial hundido por el desgobierno y la corrupción, en el que blancos y negros conviven siempre que haya posibilidades de hacer negocio a costa de otros blancos y negros y en el que los propios zimbabuos que, desesperados, intentan huir del país para mejorar su condición, ven cómo en la antaño nación hermana Sudáfrica se les rechaza, por ser emigrantes ilegales y robarles el trabajo a los nativos, reproduciéndose, en escala africana, los recelos y egoísmos que desde hace tiempo asolan también a los países europeos.

http://revistacalibre38.wordpress.com/2012/03/23/beautiful-rhodesia-de-carlos-erice-por-jose-javier-abasolo/

martes, 27 de marzo de 2012

Hombres

Cuando lleguen los primeros días de julio y en esta ciudad estemos ya a otra cosa, en el resto del mundo un tema se habrá puesto de moda, será trend topic, vamos, porque se publicarán libros, saldrán pelis e Informe Semanal emitirá su correspondiente reportaje al respecto.

Sí, el próximo 5 de julio se cumplirán cincuenta años de la independencia de Argelia. Ya conocéis mi afición por estos temas de las guerras de liberación africanas. Y sabéis también cuánto me gusta crear tendencia, así que he decidido adelantarme unos meses por el camino que más me gusta, la literatura.

Esta circunstancia me ha permitido descubrir Hombres, la novela deslumbrante de Laurent Mauvignier, que relata unas horas en la vida de un grupo de veteranos franceses de la guerra de Argelia.

Con un estilo que nos puede recordar al de Lobo Antunes, Mauvignier desgrana los fantasmas y los traumas de estos ancianos, en un país, Francia, que durante décadas ha pretendido ignorar lo que hizo y sufrió en Argelia entre 1954 y 1962, que ha dado la espalda a los atentados, a las torturas, a las masacres de civiles franceses y argelinos, a la guerra sucia, al racismo, al colonialismo y al éxodo de los pieds noirs, los pies negros.

Por otra parte retrata, también, las complicadas relaciones que se establecen en una familia, una familia cualquiera.

Hombres es, pues, un más que recomendable ejemplo de la literatura francesa que solemos tener bastante olvidada a este lado del Adour.

Total, como les solemos ganar en todo...

sábado, 24 de marzo de 2012

Tangerko ametsak - Sueños de Tánger

Jon Arretxe es de Basauri y vive en Arbizu. Licenciado en Educación Física, toca el piano, estudia Filología Inglesa, canta ópera, da conferencias, viaja y escribe.

Y, como a otro autor de aquí al que conozco muy bien, le apasiona África. Hasta allá nos lleva en su Tangerko ametsak, traducida al castellano por Cristina Fernández y publicada por Erein.

Como ese otro autor que he citado antes, en Sueños de Tánger combina la trama negra con una apuesta decidida por una literatura de la marginación y la discriminación. Ah, qué feliz me hizo Patxi Irurzun cuando dijo que yo había inaugurado un nuevo género, el etnothriller, pero no, no, el inventor es Jon.

Esta novela alterna la acción entre Bamako y Tánger, y dibuja personajes soberbios, como Mohammed, ese español, musulmán y sicario, que deja perder su mirada al otro lado del Estrecho, en las costas de Tarifa, entre trabajito y trabajito.
 
Por otra parte, nos muestra el funcionamiento de las mafias que se lucran con el tráfico de seres humanos con rumbo a este supuesto Eldorado europeo y nos sumerge en la desgracia de los africanos que cruzan su continente para acabar en Tánger, a la espera de una patera en la que hundir sus sueños y sus ahorros.

Y, como buena novela negra, es imposible encontrar el momento adecuado para detenerte y plantar tu marcapáginas.

Al loro, pues, con las novelas de Jon Arretxe.

viernes, 23 de marzo de 2012

Beautiful Rhodesia en Donostia

Hoy justo hace un mes, un 23F, cogimos la A15 y nos acercamos a Donosti a presentar Beautiful Rhodesia en la Elkar de Fermín Calbeton, la mítica Bilintx, ese sitio tan raro, tan lleno de libros, y tan rodeado por todas partes de pintxos y txakolis.


Presencia en el escaparate, en el apartado de novedades, el micrófono en su sitio, bat bi, bat bi, entzuten al da? y todo a punto para charlar con mi público sobre esta novela doblemente negra.


Mientras hacíamos tiempo, charla agradable con Monika Zumeta, sobre literatura, su pasado en televisión y sus proyectos futuros.


Pero no vino nadie.

Así que me fui con Alf Etxarte, actor, cocinero, escritor en ciernes y mi fotógrafo de cabecera, a ahogar nuestras penas en unas brotxetas de gamba en el Goizargi.

Pero la están vendiendo, sí, y no me extraña, gracias, entre otras cosas, a críticas como la de José Javier Abasolo en Calibre 38. Me entran sudores y temblores solo de ver junto a qué libros y autores aparece el mío en esta revista.

jueves, 15 de marzo de 2012

Beautiful Rhodesia en Nadie es inocente

Hoy nos sacan en Nadie es inocente, el blog de Javier Abasolo, referencia en temas de literatura negra por estas tierras.

Me ha alegrado el día.

Título: BEAUTIFUL RHODESIA


Autor: CARLOS ERICE AZANZA


Editorial: LEDORIA


Trama: Ainhoa, hija del embajador español en Zimbabwe es asesinada a la salida de un lujoso club nocturno, tras despedirse de un amigo de raza negra. Para evitar tanto un conflicto diplomático como la generación de actos racistas de represalia en la propia España, el gobierno español enviará a Zimbabwe a un agente del CNI, para que colabore con la policía local en la investigación del asesinato.


Personajes: Sandra Bokosa, joven policía zimbabwa, madre de un pareja de gemelos y abandona por su marido, que intenta hacer un trabajo lo más digno posible pese a las dificultades que la rodean, Miguel Arnaiz, agente del CNI (centro Nacional de Inteligencia), ex guardia civil con experiencia en Euskadi, al que los años en la profesión le han hecho ser bastante escéptico, Terry Spears, antiguo combatiente durante la II Guerra Mundial como piloto de la RAF, rhodesiano partidario del régimen racista que durante una época se constituyó como República independiente, el inspector Mugarari, superior de Sandra, eficiente burócrata al que no le gustan las complicaciones, Martin Bambridge, antiguo militar rhodesiano (no zimbabwo), partidario de la supremacía blanca, que sin ningún motivo especial y sin haber sido contactado de antemano, se ofrece voluntariamente a ayudar a Arnaiz


Aspectos a Destacar: La aproximación a la situación de un país que, pese a su descolonización, sigue sufriendo problemas derivados tanto de la guerra como de la corrupción instalada institucionalmente y en la que si han desaparecido (aparentemente) las barreras raciales, se han agrandado las económicas / El uso de un escenario (la antigua Rhodesia, el nuevo Zimbabwe) atípico entre los escritores en lengua española / Obra ganadora del "III Certamen de Novela Correduría de Seguros López-Torrijos".


La Frase: El hambre, siempre el hambre. Tan cerca, tan alrededor. Como al hambre le acompaña siempre la desesperación, muchos hombres emigraban a Sudáfrica, en busca de un trabajo que les ayudara a mantener a sus familias. Cada noche cruzaban ilegalmente la frontera, alambrada y electrificada. Por docenas. La policía sudafricana, ahora multirracial, perseguía a los inmigrantes ilegales con la misma saña con la que se empleaba la policía blanca contra los negros en los tiempos del apartheid.

viernes, 3 de febrero de 2012

En Onda Vasca les gusta Beautiful Rhodesia

Como si de un comentario de Facebook se tratara, en Onda Vasca les gusta Beautiful Rhodesia. Sobre todo a Patxo Abarzuza, de Elkar Comedias, que el pasado 21 de enero hizo esta reseña radiofónica.

Y siguiendo con el juego del botón I like, me gusta que le guste, sobre todo ese comentario que hace de la capacidad de ciertas especies para mantenerse siempre arriba, aunque no lo parezca, cosa que me parece que ocurre en todas partes, no solo en el sur de África.



También puedes escucharla aquí




 

lunes, 9 de enero de 2012

Beautiful Rhodesia en Ajuste de Cuentos

Patxi Irurzun, con el que tuve la suerte de contar en la presentación de mi novela el pasado 16 de diciembre, dedicó a Beautiful Rhodesia un amable artículo hace unos días en su blog, Ajuste de Cuentos. Como auguraba en Dios nunca reza, no le han dado el Nadal, pero como él dice cuando se pone tontorrón, le basta con que el público disfrute con sus libros. Y lo consigue.


ETNOTHRILLER
Asomado a un balcón de la Estafeta, que como todo el mundo sabe es la calle más importante del mundo, uno puede ver hasta Zimbabwe, antes Rodhesia, aunque, claro, todo depende de quién mire, hay que tener vista de lince, o ser Carlos Erice, que acaba de publicar Beautiful Rhodesia, el primer etnothriller de la historia de la literatura (igual nos ponemos estupendos, pero ya que nos hemos inventado la etiqueta que luzca bien). El pasado viernes la presentamos, y fue una gozada. Asistir al nacimiento o el bautizo de un primer hijo literario, siempre lo es, sobre todo si te dejan estar ahí, de padrino, como estuve yo (que es una buena forma de estar sin estorbar mucho). Nos echamos unas risas y vino un buen puñado de gente, lo de buen en los dos sentidos, a acompañar a Carlos, al que luego se le quedó la mano tonta de firmar en la peña Anaitasuna, donde hicimos el tercer tiempo (le robo esto a Unai, uno de los bloggers de la bitácora sanferminera que Carlos y unos cuanto sanfermineros impenitentes mantienen abierta todo el año menos en sanfermines, como es natural).

'Beautiful Rhodesia' es, efectivamente, un etnothriller, una novela negra por partida doble, novela de espías e intriga, y que transcurre en el Africa negra, con pareja de investigadores mixta, un espía del CNI llamado Miguel Arnaiz y una policía zimbausea (¿se dirá así?). Tensión de todo tipo, sexual, racial, que se mantiene todo el libro y que se solventa al final y no, porque cuando acabas el libro todavía queda algo en el aire. Y además, una reflexión sobre el racismo, la realidad social de los últimos años en Zimbabwe... Todo eso, asomado a la Estafeta, desde donde Carlos, que no ha pisado Africa en su vida, ha armado muy bien armado (la cosa empieza a tiro limpio) este libro que recibió el Premio Lopez Torrijos de novela, editado por Ledoria.

Y además, Carlos Erice sabe ponerse muy bien para las fotos: obsérvese tras sus espaldas los libros que adornan sus estanterías: Resaca / Hank over, Cuentos sanfermineros, Dios nunca reza, Atrapados en el paraíso. Gran tipo, Carlos, y como ya se ha dicho en otra ocasión, llevando la locomotora de la literatura navarra lejos, hasta Zimbabwe y hasta donde haga falta.