Ganar un premio de novela reporta, como podréis suponer, una alegría inmensa. Y si es la primera vez, ni os cuento.
Te llegan entrevistas, te entregan el premio, te conviertes en estrellita por un día.
Luego arranca el curro con la editorial, correcciones, maquetaciones, galeradas, lecturas, relecturas y el momento mágico de recibir el diseño de la portada.
Más tarde llegan las presentaciones, las firmas, autógrafos a algún despistao y asistir a la repercusión de la novela, tanto en ventas como en críticas.
Pero un poco más tarde, un año en mi caso, llega un momento aterrador, el de leer la novela finalista. En el López Torrijos 2011, que ganó Beautiful Rhodesia, la finalista fue La caja de música y el filólogo asesinado, de José Javier Muñoz.
Pavor, pavor es lo que sentía cuando la abrí. ¿Y si era mejor que la mía? ¿Y si el jurado se había columpiado con el fallo?
Es evidente que la subjetividad es inherente al veredicto de un concurso literario. Para mis padres, resulta obvio que Beautiful Rhodesia fue la mejor, no solo de esa edición del López Torrijos, sino de toda la literatura en castellano, por delante claramente del Quijote.
Yo no lo tengo tan claro. He disfrutado mucho esta caja de música. Tiene elementos en común con mi novela. Una cierta trama de intriga, un ambiente exótico, una estructura narrativa atractiva.
José Javier Muñoz nos lleva a la República Dominicana, de la mano de un agente literario que lee y evalúa la autobiografía de una antigua prostituta y que teme verse salpicado por un crimen relacionado con ese manuscrito.
Con estas premisas, Muñoz nos muestra una obra con pinceladas de novela social, de descripción de las mafias de explotación y turismo sexual e incluso de la situación de la inmigración latinoamericana en España.
Es también una novela de amor y un libro que desvela en cierto modo estrategias para medrar en el mundo editorial.
Como veis, es una novela la mar de completa en cuanto a temática, de lectura absorbente y hábilmente tejida.
Lo cual hace que, como decía aquel, me llene de orgullo y satisfacción haberme llevado ese López Torrijos 2011, tan inolvidable para mí.
***La caja de música y el filólogo asesinado, publicada por editorial Ledoria.
Te llegan entrevistas, te entregan el premio, te conviertes en estrellita por un día.
Luego arranca el curro con la editorial, correcciones, maquetaciones, galeradas, lecturas, relecturas y el momento mágico de recibir el diseño de la portada.
Más tarde llegan las presentaciones, las firmas, autógrafos a algún despistao y asistir a la repercusión de la novela, tanto en ventas como en críticas.
Pero un poco más tarde, un año en mi caso, llega un momento aterrador, el de leer la novela finalista. En el López Torrijos 2011, que ganó Beautiful Rhodesia, la finalista fue La caja de música y el filólogo asesinado, de José Javier Muñoz.
Pavor, pavor es lo que sentía cuando la abrí. ¿Y si era mejor que la mía? ¿Y si el jurado se había columpiado con el fallo?
Es evidente que la subjetividad es inherente al veredicto de un concurso literario. Para mis padres, resulta obvio que Beautiful Rhodesia fue la mejor, no solo de esa edición del López Torrijos, sino de toda la literatura en castellano, por delante claramente del Quijote.
Yo no lo tengo tan claro. He disfrutado mucho esta caja de música. Tiene elementos en común con mi novela. Una cierta trama de intriga, un ambiente exótico, una estructura narrativa atractiva.
José Javier Muñoz nos lleva a la República Dominicana, de la mano de un agente literario que lee y evalúa la autobiografía de una antigua prostituta y que teme verse salpicado por un crimen relacionado con ese manuscrito.
Con estas premisas, Muñoz nos muestra una obra con pinceladas de novela social, de descripción de las mafias de explotación y turismo sexual e incluso de la situación de la inmigración latinoamericana en España.
Es también una novela de amor y un libro que desvela en cierto modo estrategias para medrar en el mundo editorial.
Como veis, es una novela la mar de completa en cuanto a temática, de lectura absorbente y hábilmente tejida.
Lo cual hace que, como decía aquel, me llene de orgullo y satisfacción haberme llevado ese López Torrijos 2011, tan inolvidable para mí.
***La caja de música y el filólogo asesinado, publicada por editorial Ledoria.
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