Hace unos días, un grupo de ciudadanos portugueses, perteneciente al grupo Que le den a la troika, interrumpió el discurso de su primer ministro Pedro Passos Coelho en el parlamento, entonando la canción Grândola Vila Morena, himno de la Revolución de los Claveles. Hay que reconocerle al señor Passos el respeto con el que escuchó la protesta. En parlamentos más cercanos habrían sacado a esas personas a limpia hostia.
El caso es que se cree que esta canción del cantautor luso Zeca Afonso, emitida en la medianoche de aquel 25 de abril de 1974 por Radio Renascença, fue la señal convenida para que el Movimiento de las Fuerzas Armadas, conocidos como los capitanes de abril, diera el golpe de estado que acabó con el régimen salazarista y la guerra colonial y abriese las puertas de la democracia, por fin, a un Portugal sometido a más de cuarenta años de dictadura.
Esta creencia no es del todo exacta.
Faltaban cinco minutos para la medianoche cuando la emisora lisboeta emitió este Depois do Adeus, interpretada por Paulo Carvalho, y que había representado a Portugal, unas semanas antes, en el Festival de Eurovisión celebrado en Brighton y que ganó el grupo sueco Abba con Waterloo.
Esta canción puso en alerta a los oficiales del ejército portugués que, veinticinco minutos más tarde, cuando sonó el Grândola Vila Morena, pusieron en marcha el golpe que en pocas horas se extendió por todo el país y sus colonias africanas y asiáticas.
El caso es que se cree que esta canción del cantautor luso Zeca Afonso, emitida en la medianoche de aquel 25 de abril de 1974 por Radio Renascença, fue la señal convenida para que el Movimiento de las Fuerzas Armadas, conocidos como los capitanes de abril, diera el golpe de estado que acabó con el régimen salazarista y la guerra colonial y abriese las puertas de la democracia, por fin, a un Portugal sometido a más de cuarenta años de dictadura.
Esta creencia no es del todo exacta.
Faltaban cinco minutos para la medianoche cuando la emisora lisboeta emitió este Depois do Adeus, interpretada por Paulo Carvalho, y que había representado a Portugal, unas semanas antes, en el Festival de Eurovisión celebrado en Brighton y que ganó el grupo sueco Abba con Waterloo.
Esta canción puso en alerta a los oficiales del ejército portugués que, veinticinco minutos más tarde, cuando sonó el Grândola Vila Morena, pusieron en marcha el golpe que en pocas horas se extendió por todo el país y sus colonias africanas y asiáticas.
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