Por si la cantera no diera frutos suficientes, la
literatura negra navarra ha estado haciendo fichajes flamantes durante el último par de décadas.
Jon Arretxe, Reyes Calderón,
Dolores Redondo o
Carlos Bassas son claros ejemplos.
La incorporación más reciente es la del andaluz
Alejandro Pedregosa, al que le ha dado por irse a vivir a
Sarriguren, esa ciudad-barrio de la que
Patxi Irurzun es el rey, literario, se entiende, que si no, me sacude.
Alejandro,
Pepo, ha triunfado con tres novelas policíacas ambientadas en tres lugares y tiempos muy concretos, la Pamplona sanferminera en
Un extraño lugar para morir, el Camino de Santiago en
Un mal paso y la Puerta del Sol del 15M en
A pleno sol.
A sus poemarios hay que añadir esta recopilación de relatos,
La sombra de Caín, que fueron publicados en su momento en periódicos como Sur, Ideal o El Diario Vasco.
En esta colección, Pedregosa, fan acérrimo de la Real (nadie es perfecto) saca lo más negro de sí mismo a través de unos personajes implicados en corruptelas políticas, tráfico de drogas, robo de bebés o mafias internacionales.
Pero, sin duda, la verdadera protagonista de este librito es la
venganza.
Así que, después de esta tarde de lectura, me quedo con dos cositas, una, que no pienso cabrearle, y dos, que voy a seguir leyéndole.