Paco Gómez Escribano arrancó su carrera novelística con dos thrillers esotéricos, El círculo alquímico y Al otro lado, publicados por Ledoria, en los que supo manejarse muy bien entre dos géneros tan complejos como el misterio y la fantasía.
Suelen decir que los buenos escritores crecen con cada libro, y con Yonqui Paco ha crecido un par de palmos, por lo menos.
Se ha ido a su barrio, Canillejas, a contarnos la vida del Botas, drogata y chorizo, en una novela negra pero negra de verdad, amarga, dura, repleta de drogas, sexo y rock&roll.
Empleando de forma sublime el lenguaje quinqui, nos baja a los infiernos de la heroína de finales de los setenta y principios de los ochenta, una jeringuilla que tantas vidas segó, en su barrio y en todas partes. Con estos ingredientes, Paco cocina una historia de muerte, de delincuencia, de amor y de redención, nos narra una vida avinagrada con toques de esperanza, y le acaba saliendo un libro que se nota que está parido con las tripas.
Dice Paco que con esta novela inaugura un género, el thriller quinqui.
Pero Yonqui es más, muchísimo más.
Lo ha bordao.
Y que siga.
Suelen decir que los buenos escritores crecen con cada libro, y con Yonqui Paco ha crecido un par de palmos, por lo menos.
Se ha ido a su barrio, Canillejas, a contarnos la vida del Botas, drogata y chorizo, en una novela negra pero negra de verdad, amarga, dura, repleta de drogas, sexo y rock&roll.
Empleando de forma sublime el lenguaje quinqui, nos baja a los infiernos de la heroína de finales de los setenta y principios de los ochenta, una jeringuilla que tantas vidas segó, en su barrio y en todas partes. Con estos ingredientes, Paco cocina una historia de muerte, de delincuencia, de amor y de redención, nos narra una vida avinagrada con toques de esperanza, y le acaba saliendo un libro que se nota que está parido con las tripas.
Dice Paco que con esta novela inaugura un género, el thriller quinqui.
Pero Yonqui es más, muchísimo más.
Lo ha bordao.
Y que siga.
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