La actualidad siempre ha supuesto una fuente de inspiración para la construcción de novelas. Por desgracia, dicha actualidad viene frecuentemente vinculada a las tragedias que conllevan las guerras. La última, la que tiene como escenario a Siria y ha provocado la crisis de los refugiados, esos miles de seres humanos que Europa está rechazando de modo vergonzoso.
Es este el marco que la autora andaluza de origen sirio Diana Al Azem ha escogido para ambientar su última novela, Cardamomo. En ella, un acomodado médico australiano se desplaza a Damasco como voluntario en un hospital en el que tendrá que enfrentarse a las terribles consecuencias de la violencia que vive Siria.
La autora aprovecha esta circunstancia para mostrarnos el choque entre culturas y valores (tema que me apasiona) y la evolución que sufre este protagonista desde el momento en el que conoce a una adolescente siria, vendedora de especias, con la que comenzará un romance, no siempre fácil.
La historia que nos cuenta Cardamomo supone una lectura reconfortante dentro de un escenario tan dramático como el que está viviendo Siria, ya que en la novela se apuesta por valores como la empatía, la honestidad o la solidaridad. En este sentido, es de agradecer que las novelas de corte romántico apuesten por este acercamiento a crudas realidades sociales (un ejemplo muy notable de este interés lo encontramos en La proposición de Carola, novela en la que su autora, Idoia Saralegui, nos trasladaba a la Colombia de los últimos coletazos del narcoterrorismo y la violencia política).
Si a todos estos valores humanos sumamos que la novela cuenta con un lenguaje directo, ágil y fluido podemos afirmar que nos encontramos ante una novela más que apreciable, no solo desde el punto de vista literario sino, también, como ejemplo de esperanza para esa tragedia que vive la orilla oriental del Mediterráneo.
Es este el marco que la autora andaluza de origen sirio Diana Al Azem ha escogido para ambientar su última novela, Cardamomo. En ella, un acomodado médico australiano se desplaza a Damasco como voluntario en un hospital en el que tendrá que enfrentarse a las terribles consecuencias de la violencia que vive Siria.
La autora aprovecha esta circunstancia para mostrarnos el choque entre culturas y valores (tema que me apasiona) y la evolución que sufre este protagonista desde el momento en el que conoce a una adolescente siria, vendedora de especias, con la que comenzará un romance, no siempre fácil.
La historia que nos cuenta Cardamomo supone una lectura reconfortante dentro de un escenario tan dramático como el que está viviendo Siria, ya que en la novela se apuesta por valores como la empatía, la honestidad o la solidaridad. En este sentido, es de agradecer que las novelas de corte romántico apuesten por este acercamiento a crudas realidades sociales (un ejemplo muy notable de este interés lo encontramos en La proposición de Carola, novela en la que su autora, Idoia Saralegui, nos trasladaba a la Colombia de los últimos coletazos del narcoterrorismo y la violencia política).
Si a todos estos valores humanos sumamos que la novela cuenta con un lenguaje directo, ágil y fluido podemos afirmar que nos encontramos ante una novela más que apreciable, no solo desde el punto de vista literario sino, también, como ejemplo de esperanza para esa tragedia que vive la orilla oriental del Mediterráneo.