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lunes, 3 de junio de 2019

Libros para el fin de un imperio

Bajo este título que tan majo me quedó, la Biblioteca General de Navarra organiza una charla que tendré el gusto de dar el próximo martes, 11 de junio, a las 17:30, en la Sala de la Planta 1.






En marzo de 1961, movimientos guerrilleros atacaron haciendas de colonos portugueses en el norte de Angola. Así comenzaba una serie de guerras de independencia que finalizaría, trece años después, con la Revolución de los Claveles.


Lobo Antunes, Lídia Jorge, Pepetela, Mia Couto o Teolinda Gersão son solo algunos de los autores que comentaremos el próximo martes 11.


A través de sus obras, conoceremos una época cargada de violencia, traumas y explotación. Una época terrible que ha producido una literatura asombrosa en lengua portuguesa.


En ambos hemisferios.


Columna portuguesa en el norte de Angola. Hacia 1970. El cartel dice "Respeta la vejez".







lunes, 27 de noviembre de 2017

El sueño eterno de Kianda, de Borja Monreal Gainza

No sé qué nos da el final del África colonial portuguesa a los escritores navarros, pero es cierto que es un tema que aparece con cierta periodicidad en nuestra obra. Al guion que preparó en su momento Carlos Bassas para la versión cinematográfica de Un día más con vida y a la novela La granja de Perla, escrita por un servidor, se acaba de unir El sueño eterno de Kianda, flamante ganadora del Premio Benito Pérez Armas.


A través de los ojos negros de Kianda, londinense de Angola, asistimos al relato de la historia de su país, desde el levantamiento de la UPA contra el poder colonial en 1961 y la posterior represión por parte de los portugueses hasta la actualidad, pasando por la independencia de 1975 y la guerra civil que la sucedió.


Alternando épocas, puntos de vista y voces narrativas, Borja Monreal Gainza recorre cincuenta años de lucha y decepción, de discriminación racial y desigualdad social, de derrota y esperanza. Con un lenguaje cuidado y sin alardes, Borja combina las distintas visiones literarias que este conflicto nos ha dejado, desde la de Lobo Antunes hasta la de Pepetela, y las personifica valiéndose de la trayectoria vital de tres guerrilleros, la de sus parejas y la de unos hijos que tratan de comprender.


De este modo, la novela navega con éxito por el desencanto y la revolución, por la sensación de que la marcha de los colonos no supuso el final de la guerra ni de las desigualdades y retrata una sociedad angoleña actual muy capaz de adaptarse a los cambios y a las circunstancias.


En resumen, una gran novela de este joven escritor navarro-canario que resulta, sin duda, imprescindible para quienes sientan interés por el reciente pasado iberoafricano.



11 de noviembre de 1975, el ejército portugués abandona Angola


lunes, 12 de octubre de 2015

Balance de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión 2015

Un año más, en el momento en el que empiezan a cerrar las casetas de la plaza del Castillo, recopilo mis adquisiciones en esta feria del libro descatalogado, el chollo y los descubrimientos.

Como siempre, hay clásicos contemporáneos, novela negra (me encanta seguir haciéndome con títulos de la desaparecida Tropismos), literatura africana y libros de amiguetes.

Ahí va la lista de este año:

  • El manuscrito de Dios, de Juan Ramón Biedma.
  • Mayombe, de Pepetela.
  • La isla del Ángel Caído, de Carlo Lucarelli.
  • El aniversario de la independencia, de José Javier Abasolo.
  • Sendero sombrío, de Dominique Manotti.
  • ¡A la salida!, de Dominique Manotti.
  • Tea-Bag, de Henning Mankell.
  • Echo Park, de Michael Connelly.
  • El recién llegado, de Marco Vichi.
  • Si te dicen que caí, de Juan Marsé.
  • Los rezagados, de Paul Scott.
  • El imperio de arena, de Jesús Torbado.
  • El gato negro y otros relatos, de Edgar Allan Poe.
  • Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar.

Y, ahora, a ver por dónde empezamos.



 

viernes, 24 de mayo de 2013

Literatura colonial portuguesa (V)

Cuando faltan pocos meses para que se conmemoren los 40 años de la Revolución de los Claveles, que puso fin a trece años de guerra colonial, en Portugal se preparan para una nueva avalancha de novelas ambientadas en las selvas y matas de Angola, Guinea y Mozambique.

Una de las primeras en ser publicadas, apenas diez años después del final del conflicto, fue esta Autopsia de un mar de ruinas. Su autor, João de Melo, destinado en Calambata (norte de Angola) a comienzos de los años 70, fue, como Lobo Antunes, miembro de los servicios médicos del ejército portugués. Lo que allí vio, lo que allí sufrió, ha marcado su obra literaria.
 
La estructura de esta novela alterna dos voces opuestas, la de los soldados portugueses, en los capítulos impares, y la de los nativos africanos, en los pares.

Así, de una parte, compartimos las experiencias bélicas, tan próximas a la locura, de aquellos jóvenes reclutas obligados a cumplir el servicio militar a miles de kilómetros de sus hogares. A través de esas páginas, podemos vivir sus momentos de pánico en combate, la crueldad con la que trataron a los africanos y el desprecio del que fueron objeto por parte de los colonos blancos.

El punto de vista nativo, en cambio, ofrece la miseria de un sistema social racista, colonial, con familias enteras desplazadas de sus lugares de origen y confinadas en sanzalas, aldeas artificiales en las que la policía y el ejército portugués pretendían controlar a la población civil y evitar su contacto con los movimientos guerrilleros independentistas. El gran mérito literario de João de Melo lo encontramos precisamente en estos capítulos, en los que los nativos se expresan desordenadamente en el idioma de los colonizadores (cabe destacar, en este punto, la extraordinaria traducción de Rebeca Hernández, asesorada por el propio Melo). Así, conoceremos su pobreza inmensa, el maltrato que sufren, los abusos de todo tipo, y casi siempre bajo un prisma femenino, en una nueva muestra de que las mujeres son las grandes víctimas de cualquier guerra.

Autopsia de un mar de ruinas es, pues, otro gran relato, descarnado, de aquellos años oscuros de la historia africana y portuguesa, pero es también, y sobre todo, un brillante ejercicio literario donde el agua y la sangre todo lo salpican.

 

domingo, 10 de marzo de 2013

Literatura colonial portuguesa (IV)

Sin ser estrictamente una novela de ambiente colonial, la guerra que libró Portugal en África hasta mediados de los años setenta revolotea por todas las esquinas de Tu rostro será el último.

Su autor, João Ricardo Pedro, un ingeniero en paro que ganó con esta novela el premio Leya en 2011, arranca la narración cierto 25 de abril de 1974. Ambientada al inicio en una aldea con nombre de mamífero, desgrana la historia de una familia, los Mendes, marcada por el final de la dictadura salazarista, el shock que supuso para nuestros vecinos de península la guerra de Ultramar y la transformación que sufrió Portugal con la Revolución de los Claveles.

Es, desde luego, una novela de iniciación, de crecimiento y de madurez. Aunque, supongo, el retrato de la familia Mendes sea una excusa formidable para acercarnos a la historia reciente de Portugal, a los oscuros años de dictadura y represión, a la guerra en las selvas de Angola que enloqueció a tantos soldados portugueses, a unas gotitas de saudade por Lourenço Marques (hoy Maputo, la capital del entonces Mozambique portugués, la perla de su imperio colonial), y al regreso masivo de los cientos de miles de colonos expulsados de África, los retornados, empobrecidos y señalados por sus compatriotas metropolitanos, que les culpaban de la muerte de tantos soldados en una guerra que pretendía defender sus privilegios. 

Ricardo se apoya en una prosa aparentemente sencilla, pero poéticamente trabajada, para describir todos esos traumas lusos a través de los ojos y las manos de Duarte, nuestro Duarte, el hijo de la familia Mendes, pianista y futbolista frustrado, y admirador, a partes iguales, de Agostinho, Jordão, Van Basten y Johann Sebastian Bach.

Se supone que es su debut literario. Un debut deslumbrante y condensado en poco más de 200 páginas, algo impensable en el panorama editorial español, que jamás premiaría a un novel ni a un libro que pesara menos de un kilo.

País.
 

domingo, 11 de noviembre de 2012

Aniversario de la independencia de Angola

El 11 de noviembre de 1975 fue proclamada la independencia de Angola. Tras cuatro siglos de presencia portuguesa, la joya del imperio colonial europeo más longevo alcanzaba su emancipación.

Pero ello no implicó el final de la guerra ni el nacimiento de un nuevo estado. A la huida de más de medio millón de africanos de origen portugués se unió el estallido de una guerra civil entre los tres grupos de liberación nacional, el FNLA, el MPLA y UNITA (con sus respectivos líderes, Holden Roberto, Agostinho Neto y Jonas Savimbi al frente), que habría de prolongarse durante otros veinticinco años. Ambas guerras, la colonial y la civil, terminaron por destruir una de las naciones más ricas del continente, como supo contarnos de forma magistral António Lobo Antunes en su novela Esplendor de Portugal.


Hoy en día, alcanzada la paz, Angola es uno de los motores de desarrollo económico en el África subsahariana. De hecho, se ha convertido de nuevo en la tierra prometida para miles de portugueses que abandonan su país debido a la crisis económica que azota Europa.

El periodista polaco Ryszard Kapuscinski escribió un libro maravilloso, Un día más con vida, que arranca con el angustioso éxodo de los colonos portugueses, los retornados, que dejaron atrás sus vidas africanas en aquellos meses de 1975 y describe el enfrentamiento entre los tres grupos antes citados. El MPLA fue apoyado por tropas cubanas y UNITA por el ejército sudafricano, en un nuevo escenario de la guerra fría que protagonizaron la URSS y Estados Unidos durante la segunda parte del siglo XX.



El realizador navarro Raúl de la Fuente está preparando una peli, la mar de prometedora, con guion de Carlos Bassas, basándose en el relato de Kapuscinski. En ella va a mezclar imagénes reales con técnicas de animación.

 

viernes, 10 de febrero de 2012

Virgen Negra

No deja de ser curioso cómo, desde este país pequeñito pegado a los Pirineos, somos cada vez más los que dirigimos nuestra mirada a África.

Desconozco la razón. Supongo que cada cual tendrá la suya.

Se acercan los Goyas, y ahí tenemos una película nuestra, Virgen Negra, candidata al Goya al mejor cortometraje documental, que indaga en la vida sexual de la mujer mozambiqueña.


Hace poco lo proyectaron en la Filmoteca de Navarra y, tonto de mí, no fui. Siempre nos andamos quejando de la situación de la cultura y las artes en nuestra tierra y, cuando salen propuestas interesantes, no les hacemos ni puto caso. Deberíamos hacérnoslo mirar.

Amaia Remírez es la productora y Raúl de la Fuente el realizador, que ya cosechó un éxito tremendo con su Nömadak Tx.

Aquí les vemos junto junto a Patricia Ponce de Haurralde Fundazioa. Parecen buena gente.

Patrica, Raúl y Amaia (foto de Javier Bergasa en Diario de Noticias)


Y encima están preparando otra peli, basada en el libro Un día más con vida, del periodista polaco Ryszard Kapuscinski, que narraba el final de la presencia portuguesa en Angola en 1975 y el inicio de la guerra civil, con la intervención sudafricana y cubana. Nunca olvidaré esa Luanda semidesierta, convertida en la ciudad de las cajas, de las cajas de madera en las que los colonos portugueses habían guardado todas sus vidas, con la esperanza de poder embarcarlas rumbo a Lisboa.

Esa película sí que no me la pierdo. Lo juro.

miércoles, 4 de enero de 2012

Literatura colonial portuguesa (III)

António Lobo Antunes puede que sea el autor portugués que con mayor crudeza ha hablado sobre la guerra colonial, sobre la guerra de Ultramar como la conocían nuestros vecinos o las guerras de independencia desde el punto de vista de guineanos, angoleños y mozambiqueños.

Nacido en 1942, en Lisboa, y licenciado en medicina, cumplió su servicio militar en Angola donde fue testigo de las mayores barbaridades, que han dejado una huella profunda en su forma de entender la vida y la literatura.

Su estilo es complejo, monumental, muy trabado y trabajado, y su literatura le ha convertido, desde hace años, en candidato al Nobel.

Hace algo menos de un año que leí su Esplendor de Portugal, título que toma del primer verso del himno nacional luso. Narra las desventuras de una familia de retornados, de colonos portugueses en Angola que se ven obligados a regresar a la península cuando este país alcanza la independencia en 1975. Una península, un Portugal, que no es, desde luego, su país, como demuestra la madre de la familia que prefiere quedarse en África expuesta a los saqueos, a la guerra civil y al afán de revancha de los guerrilleros negros.

Como en un puzzle deslavazado y agobiante, sus capítulos son monólogos de prácticamente frase única, sin apenas puntos, piezas que el lector debe recomponer para entender el desarraigo de aquellos africanos blancos que recuerdan con nostalgia la riqueza de sus haciendas, sus privilegios, su dominio sobre la mayoritaria población negra y sus propias miserias y fantasmas familiares.

El racismo, el colonialismo y el desarraigo son tres temas que me apasionan.

Y su combinación magistral en manos de Lobo Antunes deja con la boca abierta.

Al menos a mí.

Imagen tomada de El País, cuando Lobo anunció, en 2007, que sufría cáncer