lunes, 8 de octubre de 2012

Iñaki Otazu, un hombre afortunado

Hace unos meses, un amigo común me regaló la última novela, dedicada, de Iñaki Otazu Elcano. Se trata de Tribulaciones de un hombre afortunado.

No desvelo ningún secreto si digo que me gusta estar al tanto de las novedades que nos brinda la narrativa navarra, y esta no ha sido excepción.

El punto de partida de la novela es relativamente sencillo. Luis Alberdi, redactor de esquelas del Diario de Navarra, resulta agraciado con el gordo de la Primitiva. A partir de ahí, su vida cambiará.

Iñaki relata varios meses en la vida de este tío tan gris con agilidad, con un ritmo muy vivo, mezclando hábilmente voces y estilos, en los que podemos apreciar influencias del Mendoza más bufo en algunos rasgos de su protagonista, para llevarnos a un patético y dramático descenso a los infiernos.

Todo ello muy bien hilvanado, con aires que bordean el thriller, y con pinceladas locales de esta Pamplona nuestra, tan particular, describiendo algunos resortes de sus poderes, desde el omnipresente Diario de Navarra hasta los chanchullos financieros de algunas entidades bancarias o de conocidos despachos de abogados, pasando por manías tan hiperlocales como la que solemos tener al servicio de taxis de esta ciudad o ese contrapoder navarro latente encarnado en Mikel Urmeneta y Kukuxumusu.

Es, también, una novela muy original que sabe combinar la comedia, el amor, la crisis existencial, el alcoholismo, la risa, las relaciones personales y el fracaso gracias a una curiosa mezcla de géneros.
 
Y te acaba dejando con la sensación de que no se es más afortunado por contar con unos cuantos millones de euros en el banco.
 
Aunque esto último yo no lo tenga tan claro.

Iñaki, en una foto tomada de eitb.com

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