martes, 29 de noviembre de 2011

Paesa

Dentro del póker de agentes secretos europeos, en el que destacan Philby o Burgess con sus actividades dobles o triples, Paesa se lleva el as de diamantes, como ha demostrado hoy saltando a los titulares de la prensa a sus 75 años.

En Sierra Leona le han pescado al tío. Dicen que intentando cerrar un trato en el mercado negro de las antigüedades, de la droga o de los diamantes. Asistido por su sobrino, nada menos. Qué tendrá esa familia.

El caso es que su carrera de embaucador al servicio de los gobiernos comenzó poco después de que Fraga Iribarne concediera la independencia a Guinea Ecuatorial. Allí trabajó para el Banco Nacional de Guinea hasta que intentó estafar al dictador Macías.

Paesa, en los 70, con la viuda de Sukarno (AGENCIAS/ABC)
De ahí saltó a Suiza donde continuó con su afición por las dictaduras del tercer mundo liándose con la viuda de Sukarno, expresidente de Indonesia.

De esa época datan también sus relaciones con los servicios secretos de la Europa comunista (lo que no le impidió también contactar con los de las dictaduras chilena y argentina) e intentó vender armas a Jomeini.

En los 80 dicen que toreó a ETA, al GAL y al gobierno del PSOE. Y que colaboró con los tres.

Su mayor golpe mediático fue la captura del exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán, en Laos. Aparte de entregarlo a la justicia española, le birló, dicen, 300 millones de pesetas.

En 1998 publicó su propia esquela, tras su muerte en Tailandia, y encargó misas por el bien de su alma.

Años después reapareció, vivo, en París, donde ha llevado una jubilación discreta hasta que le han pillado, asesorando, en Sierra Leona.

Y luego algunos dicen que los personajes de John Le Carré no son creíbles. Desde luego, Miguel Arnaiz, que protagoniza Beautiful Rhodesia, va a parecer un aficionao.

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