No soy muy bueno escribiendo microrrelatos, pero de vez en cuando me sale alguno decente. En San Sebastián de los Reyes, en el concurso literario que organizan sobre el encierro, han tenido la gentileza de darle una mención a este.
Los ojos del ángel
Sé que no lo
hago bien. Sé que no se debe actuar así, lo sé, me lo han explicado muchas
veces, demasiadas, pero no puedo evitarlo. Sé que debo mantener los ojos
abiertos, bien abiertos, permanecer atenta a todos los detalles, ver por dónde llega
cada toro, cada corredor.
Pero no lo consigo.
Nunca.
Por más que lo intente.
Una mano aferrada a la madera, la otra a la de mi compañero más
próximo.
Mis ojos cerrados.
Cerrados.
Hasta que, por fin, suena el último cohete y llega por radio el
anhelado «sin novedad».
Sin novedad.
Gracias.
Ya puedo abrir mis ojos, recoger la camilla y volver a la ambulancia.
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