viernes, 16 de diciembre de 2011

En capilla

Aquí estoy, con un ojo en la camisa que no se quiere planchar sola y con el otro en el cielo esperando que no le caiga una teja en el cogote a nadie que esta tarde se pase, a las 20.00, por la Sala Calderería a ver cómo Patxi Irurzun, Jesús Muñoz y un servidor presentamos Beautiful Rhodesia, la gran novela de 2011.

Nos vemos.

martes, 13 de diciembre de 2011

Ongi etorria, baby

Ya está entre mis manos. Hace un rato he ido a Correos y ahora descansa en mi chaise longue, donde fue concebida, gestada y parida.

El viernes la presentaremos en sociedad, a las 20.00, en la Sala Calderería, en Calderería 11. Con la ayuda de Patxi Irurzun y Jesús Muñoz.

Ahora solo falta que vaya llegando a las librerías.

Y que os guste.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Así arranca... Beautiful Rhodesia

Este es el primer párrafo del primer capítulo del debut novelero de Carlos Erice Azanza. Con ustedes, Beautiful Rhodesia.

I

Gracias a Dios, Daphne y las niñas ya estarán en Harare, con mis suegros. Allí se encontrarán bien. Libres y a salvo. Aquí todavía queda comida fresca y un montón de latas de conserva en la despensa. Sigue funcionando el agua corriente, que no es poco. Y aunque me corten la luz, aguantaré. Vaya que sí. Estoy preparado. Hace semanas que limpié y engrasé el M16, el viejo souvenir de mi padre de sus tiempos gloriosos en la Bush War. Hay munición del calibre 5,56 de sobra. La he guardado durante años y no he dejado de practicar de vez en cuando en el campo. Por si acaso. Que vengan, que vengan, que les estoy esperando. No voy a rendirme, no, no voy a entregar mis tierras sin pelear. Y no pienso dejarme matar como un puto perro. Como el pobre Allan Dickinson el año pasado.
Negros de mierda.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Más sobre Johnny Clegg

El otro día comentaba que la música de Johnny Clegg revolotea en torno a Beautiful Rhodesia. Pero si existe una figura que sobrevuela la novela, ésa es la de Nelson Mandela.

Sobrecoge ver la sonrisa perenne de este gigante físico y moral, capaz de reconciliar a su pueblo por encima de razas después de años de cárcel, muerte y apartheid, algo que no consiguió Robert Mugabe en Zimbabwe.

Por cierto, en nuestra tierra podríamos aprender mucho de este hombre sobre perdón y reconciliación.



Asimbonanga (No lo he visto)
Asimbonang 'uMandela thina (No hemos visto a Mandela)
Laph'ekhona
(En el lugar donde se encuentra)
Laph'ehleli Khona (En el lugar en que se encuentra)

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Carlos Aurensanz

En un artículo anterior sobre narrativa navarra dije de este veterinario tudelano que podíamos considerarlo como el Ken Follet ribero, por el extraordinario éxito de ventas de su primera novela Banu Qasi. Los hijos de Casio. Aparte de Ken Follet le llamé otra cosa que le hizo mucha gracia y que no voy a repetir, no vayamos a enfadarle.

Siempre me ha gustado la novela histórica. Considero que los buenos libros han de ser capaces de trasladarnos a otras épocas, a otros lugares o a otras almas. Pero hacía meses que no le hincaba el diente al género, por aquello de que tienden a ser obras voluminosas que te quitan tiempo para conocer a otros autores con textos más breves.

Sin embargo, atraído por el éxito y las buenas críticas, hace unas semanas me compré este primer volumen sobre el Al Andalus navarro y debo decir que no me ha defraudado. Siendo como somos una tierra con tantos siglos de historia, me apena lo poco que conocemos de ella.

Y Carlos Aurensanz ha novelado de manera prodigiosa y amena la génesis de nuestro Viejo Reyno, este Reyno que está a punto de conmemorar cinco siglos de su invasión por Fernando el Católico.

El otro día le leí en una entrevista que tiene ganas de salirse del género histórico, sin duda por el esfuerzo de documentación que exige acometer una obra de estas características y el corsé que supone ceñirse a unos hechos históricos concretos.

De todos modos, el tío ya tiene en la calle la segunda parte, Banu Qasi. La Guerra de Al Andalus, y debe de andar liado preparando el volumen que cierre la trilogía.

¡Qué cabrón!

martes, 6 de diciembre de 2011

Beautiful Rhodesia. Banda sonora


Andaba esta mañana escuchando una entrevista a un novelista de cierto éxito que, por cierto, no era manco al defender las excelencias de su libro, cuando le han preguntado sobre cuál podría ser la banda sonora de su novela. Ha reflexionado unos instantes y, como quien no quiere la cosa, ha hablado de no sé qué canción.

Yo también tengo preparada la respuesta a esa pregunta, desde el mismo momento en que empecé a escribir Beautiful Rhodesia.

Sin duda.

Johnny Clegg, gran músico sudafricano y tremendo activista antiapartheid.

Y su Scatterlings of Africa, esos vagabundos de África.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Sanz-Briz

Ayer vi un anuncio en TVE acerca de una película para televisión titulada El ángel de Budapest, próxima a estrenarse, y que será protagonizada por Francis Lorenzo, un actor cuyo talento creo que ha sido desaprovechado por la televisión y el cine español.

La peli está basada en la actuación de Ángel Sanz-Briz, encargado de negocios en la embajada de España en Hungría durante la Segunda Guerra Mundial. Este diplomático contribuyó a la salvación de centenares de judíos húngaros durante la época de la ocupación alemana. No fue el único diplomático europeo empeñado en tal tarea. De Sousa Mendes, Wallanberg, Gruninger u otro español, Santaella, entre otros, obtuvieron el reconocimiento del gobierno de Israel que les concedió el título de Justos entre las Naciones. También forma parte de esta lista el archiconocido industrial alemán Oskar Schindler.

Para salvar a los judíos del Holocausto, Sanz Briz se basó en el Real Decreto del Directorio Militar del general Primo de Rivera de 1924 que otorgaba la nacionalidad española a los judíos que pudieran acreditar su origen sefardí. Este decreto, junto con otro diplomático español, Javier Ruigómez, desempeñan un papel crucial en la trama de Beautiful Rhodesia.

Aquí dejo el trailer de esta película que, desde luego, presenta una excelente factura. El argumento es apasionante.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Patxi Irurzun

Supongo que por mi deformación académica económica, tengo la manía de montarme una excel en la que anoto los libros que leo cada año y voy sumando el total de páginas que me trago. Ayer le eché un vistazo y caí en la cuenta de que a quien más he leído este año es a Patxi Irurzun. Así que, siguiendo la máxima karateko-laportiana de dal sela pulil sela, voy a hacerle la rosca, pues ha aceptado con entusiasmo presentar mi Beautiful Rhodesia el próximo 16 de diciembre.

Compré hace tiempo Atrapados en el paraíso, Premio a la Creación Literaria del Gobierno de Navarra 2004 y lo devoré en marzo. Cuenta su viaje a Payatas, el vertedero de Manila, y a Nueva Guinea, lo que demuestra la preocupación social del autor por el lado más sórdido de la especie humana. Podría destacar la calidad de su prosa y blablabla, pero como de eso no entiendo demasiado, sí puedo afirmar en cambio cuánto me conmovió, tanto en la descripción de personajes como en la de ambientes y situaciones. Mención especial merece el personaje de Malen, su compañera, la más guapa del barnetegi en el que la conoció, y a la que deja plantada para irse a escarbar entre la basura, la real y la metafórica. Me parece preciosamente irónico y literario el sms que ella le manda a las 12 del mediodía del 6 de julio, nuestro primer txupinazo juntos, desde la otra punta del mundo.

Dios nunca reza, su último libro, podría considerarse una continuación de este Atrapados. En forma de diario, nos cuenta su verano de 2008, en el que Malen está ya embarazada de su segundo retoño, cambian de casa y Patxi es finalmente despedido. Una historia que no sería especialmente atractiva se convierte en una crónica apasionante y sincera sobre su vida, su trabajo, su amor y sus sueños de escritor. Y me encanta el realismo con el que cuenta su relación con Malen, a la que adoraba embobadamente en Atrapados y a la que ama y enfada, a partes iguales, unos años después. Vamos, vida de pareja en estado puro.

Y, finalmente, ¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!, que leí en vísperas de San Fermín, cuando todo nos parece genial y maravilloso, me dejó con la boca abierta. Un novelón que, siendo simplistas, podría calificarse de humorístico o porno, pero que esconde una preciosa historia de amor, una descripción de las miserias humanas y una crítica feroz de nuestra sociedad, la mundial y la pamplonesa. Me encanta la recreación de los 80 de esta gloriosa ciudad, con su borroka, su pijismo, sus punkis y mozorros a palos por Calderería, su rock radical vasco y su ombliguismo foral.

Para mí, Patxi y Laporte son dos de las referencias de la literatura navarra actual, esa locomotora a la que yo les pedí subirme un día y a lo que Patxi contestó que, si hacía falta, la desviaban hasta Rhodesia. Qué gran tipo, ¿no?

No soy el único que lo dice.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Literatura colonial portuguesa (II)

La costa de los murmullos es la cuarta novela, segunda traducida al español, de Lídia Jorge, autora nacida en el Algarve y que fue, durante años, profesora de literatura en las provincias de Angola y Mozambique.

La costa de los murmullos constituye un relato sobre la guerra colonial en Mozambique desde el punto de vista de las familias de los oficiales portugueses desplazados a aquel conflicto. Como he comentado otras veces, estamos muy acostumbrados a ver cómo los americanos volvían tarumbas perdidos del Vietnam, pero sabemos muy poco sobre cómo volvían los portugueses de África, hace poco más de treinta años. Me viene a la mente una entrevista a Lobo Antunes, en la que contaba cómo había visto jugar a fútbol a muchachos portugueses en Angola mientras hacían allí la mili. Los balones eran cabezas de prisioneros africanos.

Atrocidades como éstas también aparecen en la novela, que narra crudamente cuánto afectaron a los soldados lusos y a sus relaciones con sus familias y la población nativa.

Hace ya tiempo que la leí, pero dos imágenes me siguen viniendo a la cabeza al recordar este libro: las nubes de langostas y las muertes en los guetos africanos por culpa del alcohol adulterado, a orillas de aquel idílico Índico colonial. Todo ello como símbolo del contraste entre la cruel realidad que vive Eva Lopo, la protagonista, y la versión oficial del gobierno portugués.

Aquí os dejo el trailer de la película, de Margarida Cardoso.

martes, 29 de noviembre de 2011

Paesa

Dentro del póker de agentes secretos europeos, en el que destacan Philby o Burgess con sus actividades dobles o triples, Paesa se lleva el as de diamantes, como ha demostrado hoy saltando a los titulares de la prensa a sus 75 años.

En Sierra Leona le han pescado al tío. Dicen que intentando cerrar un trato en el mercado negro de las antigüedades, de la droga o de los diamantes. Asistido por su sobrino, nada menos. Qué tendrá esa familia.

El caso es que su carrera de embaucador al servicio de los gobiernos comenzó poco después de que Fraga Iribarne concediera la independencia a Guinea Ecuatorial. Allí trabajó para el Banco Nacional de Guinea hasta que intentó estafar al dictador Macías.

Paesa, en los 70, con la viuda de Sukarno (AGENCIAS/ABC)
De ahí saltó a Suiza donde continuó con su afición por las dictaduras del tercer mundo liándose con la viuda de Sukarno, expresidente de Indonesia.

De esa época datan también sus relaciones con los servicios secretos de la Europa comunista (lo que no le impidió también contactar con los de las dictaduras chilena y argentina) e intentó vender armas a Jomeini.

En los 80 dicen que toreó a ETA, al GAL y al gobierno del PSOE. Y que colaboró con los tres.

Su mayor golpe mediático fue la captura del exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán, en Laos. Aparte de entregarlo a la justicia española, le birló, dicen, 300 millones de pesetas.

En 1998 publicó su propia esquela, tras su muerte en Tailandia, y encargó misas por el bien de su alma.

Años después reapareció, vivo, en París, donde ha llevado una jubilación discreta hasta que le han pillado, asesorando, en Sierra Leona.

Y luego algunos dicen que los personajes de John Le Carré no son creíbles. Desde luego, Miguel Arnaiz, que protagoniza Beautiful Rhodesia, va a parecer un aficionao.