Setenta y cinco años ya.
Siempre he querido tener un blog de escritor. Ahora que empiezo a parecerlo, este será el lugar en el que podrás conocer noticias de mi obra, de literatura navarra, de paisajes africanos y otras andanzas.
miércoles, 25 de abril de 2012
martes, 24 de abril de 2012
La intérprete (The interpreter)
Tras rodar alguna peli romántica como Sabrina y sus amores, Sidney Pollack regresó al thriller en 2005 con La intérprete, en la que dirigió a unos espléndidos Sean Penn y Nicole Kidman (la australiana espléndida en muchos sentidos, todo hay que decirlo).
El otro día volví a verla, con esa escena inicial, rodada en la antigua plaza de toros de Maputo, en Mozambique, donde se produce un crimen.
Nicole encarna a Silvia, una intérprete de las Naciones Unidas, de origen africano, y que escucha accidentalmente una conversación en ku, uno de los idiomas del país en el que se crió y donde está enterrada su familia. Dicha charla constituye el eje de la trama de la película, pues de ella se deduce una más que posible conspiración para ejecutar un magnicidio.
La lengua empleada, el ku, un idioma ficticio, se supone originario de un país también ficticio, Matobo.
Curiosamente, Matobo es un topónimo real. Es una región del sur de Zimbabwe y no son pocos los que encuentran paralelismos entre ese país y la situación de la antigua Rhodesia.
No en vano, Matobo sufre una dictadura, en la que el presidente Zuwanie ha pasado, en unas décadas, de libertador a opresor de su pueblo, circunstancia que recuerda claramente a la actuación de Mugabe en Zimbabwe.
Sean Penn, un agente secreto triste y golpeado por la vida, investiga el entorno de Silvia, la empleada de las Naciones Unidas, de la que sospecha y a la que al mismo tiempo protege.
Así pues, La intérprete es una película absolutamente recomendable para fans de las historias africanas, en las que los crímenes enfrentan a blancos y negros.
Vamos, un etnothriller en toda regla, como Beautiful Rhodesia. ¿O no?
El otro día volví a verla, con esa escena inicial, rodada en la antigua plaza de toros de Maputo, en Mozambique, donde se produce un crimen.
Foto: Herculano Tumbo (Google Earth) |
Nicole encarna a Silvia, una intérprete de las Naciones Unidas, de origen africano, y que escucha accidentalmente una conversación en ku, uno de los idiomas del país en el que se crió y donde está enterrada su familia. Dicha charla constituye el eje de la trama de la película, pues de ella se deduce una más que posible conspiración para ejecutar un magnicidio.
La lengua empleada, el ku, un idioma ficticio, se supone originario de un país también ficticio, Matobo.
No en vano, Matobo sufre una dictadura, en la que el presidente Zuwanie ha pasado, en unas décadas, de libertador a opresor de su pueblo, circunstancia que recuerda claramente a la actuación de Mugabe en Zimbabwe.
Sean Penn, un agente secreto triste y golpeado por la vida, investiga el entorno de Silvia, la empleada de las Naciones Unidas, de la que sospecha y a la que al mismo tiempo protege.
Así pues, La intérprete es una película absolutamente recomendable para fans de las historias africanas, en las que los crímenes enfrentan a blancos y negros.
Vamos, un etnothriller en toda regla, como Beautiful Rhodesia. ¿O no?
viernes, 20 de abril de 2012
Y la ganadora del López Torrijos de novela 2012 es...
...Maribel Romero Soler. Su novela El perfil de los sueños se ha llevado el IV Certamen Literario Correduría de Seguros López-Torrijos.
Los miembros del jurado han valorado:
- La minuciosa descripción de un mundo, en el que se mueven los personajes de la narración, donde sueño y realidad se confunden adquiriendo un sentido mágico.
- La profundización psicológica en el carácter de una mujer resignada y soñadora que descubre una realidad en la que puede manifestar sus emociones.
- La agilidad narrativa con la que se desarrolla el argumento de la novela.
Licenciada en Derecho, Diplomada en Redacción y Estilo, en Novela
Negra y en Formación de Lectores. Ha sido jurado del Certamen Internacional
de Relato Breve "La Lectora Impaciente"; ha colaborado en revistas literarias, y
en la actualidad es colaboradora de un programa de radio. Sus relatos breves
están recogidos en más de treinta antologías. Fue la finalista del Premio
Azorín de Novela en 2010; finalista del Premio de Novela Volkswagen-Qué Leer en
2011, y ganadora del Premio de Novela Corta Letras Oscuras en 2011.
Ver semejante curriculum acojona un poquillo pero, por otra parte, alimenta mi tremendo ego.
Solo cabe dar la enhorabuena a Maribel y sentir una envidia insana por el día fantástico que le harán pasar en Almansa, donde se encontrará con gente maravillosa como Mario Lamela, José María López Torrijos, Jesús Muñoz (Ledoria) y toda la panda que compone el jurado.
Mi estantería está ya haciéndole un hueco a El perfil de los sueños, donde hará compañía a El vuelo de las aves, de Miguel Ángel Carcelén, La voz del mar, de Consolación González Rico y, claro está, a mi favorita, Beautiful Rhodesia.
jueves, 19 de abril de 2012
Tarde de saraos
Ayer me di un garbeo con Beautiful Rhodesia en una mano y el paraguas en la otra, aprovechando la doble oportunidad que me brindaron, Onda Melodía, por una parte, y la Casa de la Juventud, por otra.
A eso de las seis de la tarde compartí tertulia con Belén Galindo, Ignacio Lloret, Ana Belén Albero y Carlos Bassas. Hablamos, cómo no, sobre África y literatura negra y social.
Escoltado por dos fenómenos literarios como Clara Sánchez y Luz Gabás (que también triunfa con novela africana), os dejo aquí el podcast de todo el programa.
Ir a descargar
Otra cita me esperaba a las ocho. En la Casa de la Juventud, pese a la lluvia y la competencia de Messi, de la mano de Beatriz Torrecilla y Manolo Goñi, gocé de un coloquio interesantísimo con un grupo de jóvenes que leen y escriben. Compartimos experiencias y sueños, mientras calentamos motores de cara al próximo Día del Libro.
Y firmé libros, que me encanta.
A eso de las seis de la tarde compartí tertulia con Belén Galindo, Ignacio Lloret, Ana Belén Albero y Carlos Bassas. Hablamos, cómo no, sobre África y literatura negra y social.
Escoltado por dos fenómenos literarios como Clara Sánchez y Luz Gabás (que también triunfa con novela africana), os dejo aquí el podcast de todo el programa.
Ir a descargar
Otra cita me esperaba a las ocho. En la Casa de la Juventud, pese a la lluvia y la competencia de Messi, de la mano de Beatriz Torrecilla y Manolo Goñi, gocé de un coloquio interesantísimo con un grupo de jóvenes que leen y escriben. Compartimos experiencias y sueños, mientras calentamos motores de cara al próximo Día del Libro.
Y firmé libros, que me encanta.
martes, 17 de abril de 2012
Estrés literario
Estrés literario.- Dícese del estado en el que nos solemos encontrar los que nos dedicamos a juntar letras en estas fechas que giran en torno al 23 de abril, por aquello de que a Cervantes y a Shakespeare se les ocurrió palmarla tal día como ése, en 1616.
Por tal motivo, supongo, mañana andaré con Beautiful Rhodesia debajo del brazo. A las 18.00, en Así suenan los libros, el programa literario de Onda Melodía (94.9 FM si vivís aquí, o en este enlace si vivís allá), donde tendré el gusto de charlar con Belén Galindo sobre el éxito de este etnothriller.
Y un poquito más tarde, a las 20.00, compitiendo con Messi y Lampard, charlaremos con la gente del Aula de Literatura de la Casa de la Juventud, de la mano de Beatriz Torrecilla.
Pues eso, a ver cómo se da la tarde. Ya os contaré.
Bendito estrés.
Nor da nor? |
Por tal motivo, supongo, mañana andaré con Beautiful Rhodesia debajo del brazo. A las 18.00, en Así suenan los libros, el programa literario de Onda Melodía (94.9 FM si vivís aquí, o en este enlace si vivís allá), donde tendré el gusto de charlar con Belén Galindo sobre el éxito de este etnothriller.
Y un poquito más tarde, a las 20.00, compitiendo con Messi y Lampard, charlaremos con la gente del Aula de Literatura de la Casa de la Juventud, de la mano de Beatriz Torrecilla.
Pues eso, a ver cómo se da la tarde. Ya os contaré.
Bendito estrés.
lunes, 16 de abril de 2012
Novela negra en Botswana
Me dice una compañera esta mañana, chico, todo lo relacionas con tu novela, cuando le he comentado lo agradecido que estoy a Juan Carlos Borbón y su cadera por su contribución a la difusión de Beautiful Rhodesia.
No olvidemos que Botswana linda con Zimbabwe y que en mi novela aparece algún elefante (por cierto, no hay mucha gente que sepa que, paradójicamente, los safaris organizados han contribuido a que los paquidermos dejen de estar en peligro de extinción en el sur de África y, de paso, al espectacular desarrollo económico de Botswana y Namibia).
Pues bien, y como le decía a mi compañera, todo está relacionado. Y, del mismo modo que hay un chalao de Pamplona que ambienta sus novelas negras en Zimbabwe, hay otro chalao, afroescocés en este caso, llamado Alexander McCall Smith, nacido en Bulawayo (Rhodesia, hoy Zimbabwe), profesor de medicina legal, que está alcanzando un tremendo éxito mundial con sus deliciosas novelas sobre la primera agencia de mujeres detectives de África. En ellas, su protagonista, Precious Ramotswe, se dedica a resolver casos en Gaborone, capital de Botswana.
Tal vez en una próxima entrega le toque investigar las extrañas circunstancias que rodean el accidente del rey de España.
Y, en fin, tengo que dejaros ya, que me voy a ver a Marcos Giralt, que hoy anda por aquí.
No olvidemos que Botswana linda con Zimbabwe y que en mi novela aparece algún elefante (por cierto, no hay mucha gente que sepa que, paradójicamente, los safaris organizados han contribuido a que los paquidermos dejen de estar en peligro de extinción en el sur de África y, de paso, al espectacular desarrollo económico de Botswana y Namibia).
Pues bien, y como le decía a mi compañera, todo está relacionado. Y, del mismo modo que hay un chalao de Pamplona que ambienta sus novelas negras en Zimbabwe, hay otro chalao, afroescocés en este caso, llamado Alexander McCall Smith, nacido en Bulawayo (Rhodesia, hoy Zimbabwe), profesor de medicina legal, que está alcanzando un tremendo éxito mundial con sus deliciosas novelas sobre la primera agencia de mujeres detectives de África. En ellas, su protagonista, Precious Ramotswe, se dedica a resolver casos en Gaborone, capital de Botswana.
Tal vez en una próxima entrega le toque investigar las extrañas circunstancias que rodean el accidente del rey de España.
Y, en fin, tengo que dejaros ya, que me voy a ver a Marcos Giralt, que hoy anda por aquí.
viernes, 13 de abril de 2012
Beautiful Rhodesia en Calibre 38
Calibre 38 es una interesantísima revista on line, imprescindible para amantes de la literatura negra. Que te mencionen ahí, junto a lo más granado del género, sienta, como os podéis imaginar, la mar de bien.
Zimbabwe, en clave negra
José Javier Abasolo
Una de las principales características de la novela negra, que la hizo tan atractiva para sus potenciales lectores desde el comienzo del género, fue sin lugar a dudas el hecho de que los autores recogían las historias de su propio entorno, casi puede decirse que en el descansillo de su escalera, y hablaban de los problemas de las ciudades y del tiempo en que vivían. Quizás, por ese mismo motivo, en los regímenes dictatoriales no está bien visto el género y como ejemplo tenemos a la misma España. Hasta que murió el dictador no pudo desarrollarse una auténtica novela policíaca crítica y arraigada en nuestra sociedad.
Pero como suele ocurrir en casi todos los aspectos de la vida, siempre hay excepciones. Y los mismos escritores anglosajones que nos mostraron las miserias de sus conciudadanos sin pudor alguno, empezaron a entretejer historias ubicadas en parajes muy lejanos a aquellos en los que habían nacido y vivían. Se les reprochó que buscaban un exotismo fácil y que lo que practicaban era una simple literatura best-seller (como si vender mucho fuese un pecado o estuviese reñido con la calidad), pero si hay algo que no tienen los escritores nacidos a la sombra de los imperios regidos desde Londres y Washington son complejos de ese tipo y poco a poco han ido creándose obras de calidad y en las que esa supuesta búsqueda del “exotismo” no está reñida con la capacidad para describirnos unos países muy alejados de los suyos geográfica y culturalmente e incluso diseccionarlos con bisturí de cirujano.
En la literatura criminal española el camino se ha recorrido más lentamente. Bastante hemos tenido con inventarnos, partiendo prácticamente desde cero (con la honrosa excepción de García Pavón y su Plinio) un género negro nuestro y creíble, como para aventurarnos por caminos poco hollados y aparentemente sembrados de minas. Y sin embargo ya se están dando pasos, y pasos muy firmes, además.
Beautiful Rhodesia, la novela de Carlos Erice que fue ganadora del “III Certamen de Novela Correduría de Seguros López Torrijos”, es un buen ejemplo de ello. El escritor navarro sitúa la trama en una nación africana prácticamente desconocida para nosotros, Zimbabwe, que en la época del dominio blanco se llamaba Rhodesia. Allí, al igual que ocurrió en Sudáfrica, desapareció el dominio blanco, pero en lugar de crearse, como en el país de Mandela, una democracia multirracial que pese a sus defectos va saliendo adelante, en Zimbabwe a un régimen racista blanco le siguió un régimen corrupto negro en el que a sus dirigentes, eso sí, no les importa para nada tratar con los antiguos opresores blancos cuando se trata de hacer buenos negocios.
En ese contexto geográfico y social es asesinada, a la salida de una macrodiscoteca de éxito entre los jóvenes con una buena posición social y económica, la hija del embajador español, en lo que parece ser un asalto con motivaciones económicas. Pero tanto para evitar posibles conflictos diplomáticos como para detener la ola de ataques racistas que con esa excusa se están desatando en España, las autoridades del país africano aceptarán que un agente español intervenga en la investigación. Miguel Arnaiz, un antiguo guardia civil destinado al principio de su carrera en Euskal Herria, y que posteriormente trabajó en varios países africanos, será el enlace con las autoridades zimbabuenses, para lo que se verá obligado a trabajar con Sandra Bokosa, una joven policía zimbabua, madre de un pareja de gemelos a los que tiene que cuidar en solitario, tras ser abandonada por su marido.
Muy pronto Miguel y Sandra comprenderán, de hecho sus superiores respectivos han sido muy explícitos al respecto, que más que la averiguación de la lo sucedido lo que necesitan es encontrar (o incluso inventarse) una explicación tranquilizadora, buscar un culpable que a todo el mundo le venga bien. Pese a ello en ocasiones juntos, y a veces por separado, ambos agentes intentarán llegar a la verdad del asunto, aunque el tiempo sea escaso y los medios limitados. Y mientras el capitán Arnaiz y la teniente Bokosa se empeñan en su tarea, Carlos Erice nos va mostrando, con mano firme y una amena escritura, la realidad de un país con un gran potencial hundido por el desgobierno y la corrupción, en el que blancos y negros conviven siempre que haya posibilidades de hacer negocio a costa de otros blancos y negros y en el que los propios zimbabuos que, desesperados, intentan huir del país para mejorar su condición, ven cómo en la antaño nación hermana Sudáfrica se les rechaza, por ser emigrantes ilegales y robarles el trabajo a los nativos, reproduciéndose, en escala africana, los recelos y egoísmos que desde hace tiempo asolan también a los países europeos.
http://revistacalibre38.wordpress.com/2012/03/23/beautiful-rhodesia-de-carlos-erice-por-jose-javier-abasolo/
Zimbabwe, en clave negra
José Javier Abasolo
Una de las principales características de la novela negra, que la hizo tan atractiva para sus potenciales lectores desde el comienzo del género, fue sin lugar a dudas el hecho de que los autores recogían las historias de su propio entorno, casi puede decirse que en el descansillo de su escalera, y hablaban de los problemas de las ciudades y del tiempo en que vivían. Quizás, por ese mismo motivo, en los regímenes dictatoriales no está bien visto el género y como ejemplo tenemos a la misma España. Hasta que murió el dictador no pudo desarrollarse una auténtica novela policíaca crítica y arraigada en nuestra sociedad.
Pero como suele ocurrir en casi todos los aspectos de la vida, siempre hay excepciones. Y los mismos escritores anglosajones que nos mostraron las miserias de sus conciudadanos sin pudor alguno, empezaron a entretejer historias ubicadas en parajes muy lejanos a aquellos en los que habían nacido y vivían. Se les reprochó que buscaban un exotismo fácil y que lo que practicaban era una simple literatura best-seller (como si vender mucho fuese un pecado o estuviese reñido con la calidad), pero si hay algo que no tienen los escritores nacidos a la sombra de los imperios regidos desde Londres y Washington son complejos de ese tipo y poco a poco han ido creándose obras de calidad y en las que esa supuesta búsqueda del “exotismo” no está reñida con la capacidad para describirnos unos países muy alejados de los suyos geográfica y culturalmente e incluso diseccionarlos con bisturí de cirujano.
En la literatura criminal española el camino se ha recorrido más lentamente. Bastante hemos tenido con inventarnos, partiendo prácticamente desde cero (con la honrosa excepción de García Pavón y su Plinio) un género negro nuestro y creíble, como para aventurarnos por caminos poco hollados y aparentemente sembrados de minas. Y sin embargo ya se están dando pasos, y pasos muy firmes, además.
Beautiful Rhodesia, la novela de Carlos Erice que fue ganadora del “III Certamen de Novela Correduría de Seguros López Torrijos”, es un buen ejemplo de ello. El escritor navarro sitúa la trama en una nación africana prácticamente desconocida para nosotros, Zimbabwe, que en la época del dominio blanco se llamaba Rhodesia. Allí, al igual que ocurrió en Sudáfrica, desapareció el dominio blanco, pero en lugar de crearse, como en el país de Mandela, una democracia multirracial que pese a sus defectos va saliendo adelante, en Zimbabwe a un régimen racista blanco le siguió un régimen corrupto negro en el que a sus dirigentes, eso sí, no les importa para nada tratar con los antiguos opresores blancos cuando se trata de hacer buenos negocios.
En ese contexto geográfico y social es asesinada, a la salida de una macrodiscoteca de éxito entre los jóvenes con una buena posición social y económica, la hija del embajador español, en lo que parece ser un asalto con motivaciones económicas. Pero tanto para evitar posibles conflictos diplomáticos como para detener la ola de ataques racistas que con esa excusa se están desatando en España, las autoridades del país africano aceptarán que un agente español intervenga en la investigación. Miguel Arnaiz, un antiguo guardia civil destinado al principio de su carrera en Euskal Herria, y que posteriormente trabajó en varios países africanos, será el enlace con las autoridades zimbabuenses, para lo que se verá obligado a trabajar con Sandra Bokosa, una joven policía zimbabua, madre de un pareja de gemelos a los que tiene que cuidar en solitario, tras ser abandonada por su marido.
Muy pronto Miguel y Sandra comprenderán, de hecho sus superiores respectivos han sido muy explícitos al respecto, que más que la averiguación de la lo sucedido lo que necesitan es encontrar (o incluso inventarse) una explicación tranquilizadora, buscar un culpable que a todo el mundo le venga bien. Pese a ello en ocasiones juntos, y a veces por separado, ambos agentes intentarán llegar a la verdad del asunto, aunque el tiempo sea escaso y los medios limitados. Y mientras el capitán Arnaiz y la teniente Bokosa se empeñan en su tarea, Carlos Erice nos va mostrando, con mano firme y una amena escritura, la realidad de un país con un gran potencial hundido por el desgobierno y la corrupción, en el que blancos y negros conviven siempre que haya posibilidades de hacer negocio a costa de otros blancos y negros y en el que los propios zimbabuos que, desesperados, intentan huir del país para mejorar su condición, ven cómo en la antaño nación hermana Sudáfrica se les rechaza, por ser emigrantes ilegales y robarles el trabajo a los nativos, reproduciéndose, en escala africana, los recelos y egoísmos que desde hace tiempo asolan también a los países europeos.
http://revistacalibre38.wordpress.com/2012/03/23/beautiful-rhodesia-de-carlos-erice-por-jose-javier-abasolo/
jueves, 12 de abril de 2012
El médico de Ifni
A comienzos de 1976, España abandonó su provincia del Sahara en manos de los gobiernos marroquí y mauritano. Abandonó el territorio y, sobre todo, abandonó a sus habitantes, españoles con DNI hasta unos pocos días antes.
Javier Reverte, tal vez el autor africanista más leído en lengua española, retrata estos acontecimientos en El médico de Ifni.
Bajo la apariencia de novela de espionaje o incluso negra (otro que se apunta al etnothriller, aunque unos cuantos años antes que yo), nos da a conocer la historia del movimiento independentista saharaui a comienzos de los 70, la represión española, el éxodo de su población y la vida en los campos de refugiados en Tindouf.
Es una historia sobre el amor, las relaciones familiares, los oscuros intereses de ciertos gobiernos y sobre la cínica habilidad de ciertos personajes para mantenerse siempre en los alrededores del poder, como, por ejemplo, Alberto Balaguer, agente secreto y uno de los protagonistas de esta novela.
No seré yo quien descubra las habilidades narrativas de Javier Reverte, pero sí me parece una ocasión estupenda para recordar el sufrimiento del pueblo saharaui que, treinta y seis años después, sigue tan vivo.
Como testimonio, dejo este interesante vídeo de Juan Cabrera que, como tantos, hizo la mili en el Sahara Español en aquella época.
Javier Reverte, tal vez el autor africanista más leído en lengua española, retrata estos acontecimientos en El médico de Ifni.
Bajo la apariencia de novela de espionaje o incluso negra (otro que se apunta al etnothriller, aunque unos cuantos años antes que yo), nos da a conocer la historia del movimiento independentista saharaui a comienzos de los 70, la represión española, el éxodo de su población y la vida en los campos de refugiados en Tindouf.
Es una historia sobre el amor, las relaciones familiares, los oscuros intereses de ciertos gobiernos y sobre la cínica habilidad de ciertos personajes para mantenerse siempre en los alrededores del poder, como, por ejemplo, Alberto Balaguer, agente secreto y uno de los protagonistas de esta novela.
No seré yo quien descubra las habilidades narrativas de Javier Reverte, pero sí me parece una ocasión estupenda para recordar el sufrimiento del pueblo saharaui que, treinta y seis años después, sigue tan vivo.
Como testimonio, dejo este interesante vídeo de Juan Cabrera que, como tantos, hizo la mili en el Sahara Español en aquella época.
lunes, 9 de abril de 2012
Rhodesianos en Malasia
Esto de internet y las redes sociales tiene su gracia. Así, cuando uno consulta la lista de personas que afirman que la página de Beautiful Rhodesia en Facebook les gusta, no deja de sorprender que ahí figuren unas cuantas personas de origen malayo.
Servidor, que a priori podría verse intrigado por el dato, es muy listico e intuye una razón, que no tiene por qué ser la real (hay quien opinará que simplemente les gusta la portada del libro o que el autor les parece escandalosamente guapo).
A principios de la década de los 50, la península de Malaca y el norte de la isla de Borneo eran colonia británica y se produjo un alzamiento comunista contra la presencia inglesa en el país. Rhodesia, fiel todavía a Su Majestad, envió tropas para reprimir lo que entonces se conoció como Emergencia malaya.
Con la colaboración de fuerzas británicas, del resto de la Commonwealth y de malayos anticomunistas, la insurrección fue sofocada. Finalmente, Malasia obtuvo la independencia en 1957.
La experiencia de guerra en la jungla adquirida por las tropas del Rhodesian Special Air Service fue aplicada, años más tarde, en la Bush War, la guerra civil que enfrentó a la población blanca y negra en Rhodesia/Zimbabwe hasta 1979.
Pero ésa es, ya, otra historia.
Servidor, que a priori podría verse intrigado por el dato, es muy listico e intuye una razón, que no tiene por qué ser la real (hay quien opinará que simplemente les gusta la portada del libro o que el autor les parece escandalosamente guapo).
A principios de la década de los 50, la península de Malaca y el norte de la isla de Borneo eran colonia británica y se produjo un alzamiento comunista contra la presencia inglesa en el país. Rhodesia, fiel todavía a Su Majestad, envió tropas para reprimir lo que entonces se conoció como Emergencia malaya.
Miembros del Escuadrón C - Rhodesian SAS. Malasia 1951-53 |
Con la colaboración de fuerzas británicas, del resto de la Commonwealth y de malayos anticomunistas, la insurrección fue sofocada. Finalmente, Malasia obtuvo la independencia en 1957.
La experiencia de guerra en la jungla adquirida por las tropas del Rhodesian Special Air Service fue aplicada, años más tarde, en la Bush War, la guerra civil que enfrentó a la población blanca y negra en Rhodesia/Zimbabwe hasta 1979.
Pero ésa es, ya, otra historia.
jueves, 5 de abril de 2012
La maldición de la embajada española en Zimbabwe
Esta semana, mientras se encontraba de vacaciones en Namibia, ha fallecido la embajadora española en Zimbabwe, Pilar Fuertes, en accidente de tráfico.
El hecho de que esta muerte haya recordado a alguno de mis lectores, en cierto modo, a la que se relata en mi novela Beautiful Rhodesia, me ha llevado a rememorar el asesinato de José Luis Blanco Briones, embajador español en Harare, en 1985.
Tras muchos años de ausencia de relaciones diplomáticas con la Rhodesia segregacionista de Ian Smith, España abrió embajada en la joven república de Zimbabwe cuando la mayoría negra alcanzó el poder.
El 21 de julio de 1985, el cuerpo del embajador fue hallado en el interior de su coche, cuya matrícula diplomática había sido ocultada bajo una plaza turística alemana. El cadáver, semidesnudo, presentaba golpes en el rostro y resto del cuerpo, causados con sus propios palos de golf.
Aquella noche, Blanco Briones había cenado con dos ingenieros españoles de CASA, la empresa aeronáutica española, que negociaban la venta de varios Aviocar que sustituyeran a los viejos Dakota empleados por el ejército rhodesiano en la guerra que sufrió Zimbabwe durante la década de los 70. Ambos ingenieros fueron retenidos por la policía zimbabwa durante varios días. El hecho de se encontrara en el interior de su automóvil un Cartier, regalo de su esposa, hizo que las autoridades locales descartaran el robo como el móvil de un crimen tan turbio (se llegó a investigar, incluso, en los ambientes homosexuales de Harare) que, como la teniente coronel Barranco expusiera a nuestro viejo conocido Miguel Arnaiz, nunca se aclaró.
Ese asesinato y el accidente de Pilar Fuertes, del que no se han facilitado detalles, recalcan el carácter profético y macabro de las palabras de nuestro espía favorito cuando, en respuesta a su jefa, le suelta aquello de seguro que en Exteriores sospechan de un grupo de ciudadanos de Zimbabwe que se reúnen para matar, cada cierto tiempo, al embajador español o a su hija, no te jode.
Listo, este Arnaiz.
El hecho de que esta muerte haya recordado a alguno de mis lectores, en cierto modo, a la que se relata en mi novela Beautiful Rhodesia, me ha llevado a rememorar el asesinato de José Luis Blanco Briones, embajador español en Harare, en 1985.
Tras muchos años de ausencia de relaciones diplomáticas con la Rhodesia segregacionista de Ian Smith, España abrió embajada en la joven república de Zimbabwe cuando la mayoría negra alcanzó el poder.
El 21 de julio de 1985, el cuerpo del embajador fue hallado en el interior de su coche, cuya matrícula diplomática había sido ocultada bajo una plaza turística alemana. El cadáver, semidesnudo, presentaba golpes en el rostro y resto del cuerpo, causados con sus propios palos de golf.
Blanco Briones |
Ese asesinato y el accidente de Pilar Fuertes, del que no se han facilitado detalles, recalcan el carácter profético y macabro de las palabras de nuestro espía favorito cuando, en respuesta a su jefa, le suelta aquello de seguro que en Exteriores sospechan de un grupo de ciudadanos de Zimbabwe que se reúnen para matar, cada cierto tiempo, al embajador español o a su hija, no te jode.
Listo, este Arnaiz.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)