miércoles, 3 de febrero de 2016

El mapa (mental) de Orán

Cuando uno se pone a ordenar papeles puede llevarse sorpresas: cartas, postales, facturas (pagadas y sin pagar), propagandas y, a veces, el boceto de una novela.

Como este mapa mental sobre el que empecé a armar Orán ya no te quiere, allá por 2009, nada menos. Me hace gracia reencontrarme con este galimatías de personajes, escenarios y saltos temporales, tramas que ni llegaron a redactarse, escenas escritas que fueron descartadas y otros hilos que sí acabaron plasmados en la novela.

Flechas, notas, garabatos y referencias. Fechas, nombres y lugares.


 
Todo, todo, en un folio.

Me hace gracia, sí, porque ni yo mismo me entiendo.

Ni sé cómo pude apañármelas para que, al final, todo encajara.

 

3 comentarios:

  1. Esa letruja seguro que la adquiriste en la universidad. Nuestra base jesuítica era irreprochable y meritoria. je, je je

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  2. Ya te digo que ni yo mismo me entiendo. Con la letra tan bonita que tenía en tiempos...

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