Sé que hablar bien del libro de un amigo suena a último partido de liga con Osasuna jugándose el descenso, pero me da igual, sería una pena para quienes no lo conocen no comentar sobre él.
Mal trago es la tercera entrega de la saga Corominas, que arrancó a lo grande llevándose el Ciudad de Carmona y que mejoró con Siempre pagan los mismos.
Decía el otro día Carlos Ollo que sabes que una serie de novela negra es buena cuando la intriga y dar con el culpable te la soplan. Y esto es lo que está consiguiendo Bassas con la excusa de este Corominas, hacer literatura. De la buena. De la mejor.
Que aparezca algún cadáver infantil ayuda a alimentar el misterio, claro que sí, pero lo mejor de la novela es, una vez más, la amargura social que se vive en esa (nuestra) Ofidia y, como contrapunto, el canto a la amistad, tanto a la que surge en el seno de la familia, como a la que se fragua desde la infancia y, sobre todo, a la que se cimenta al compartir horas y horas de trabajo.
Pues eso, que recomiendo a ciegas Mal trago.
De Carlos Bassas.
Aunque no me hagáis mucho caso.
Que es amiguete.
Mal trago es la tercera entrega de la saga Corominas, que arrancó a lo grande llevándose el Ciudad de Carmona y que mejoró con Siempre pagan los mismos.
Decía el otro día Carlos Ollo que sabes que una serie de novela negra es buena cuando la intriga y dar con el culpable te la soplan. Y esto es lo que está consiguiendo Bassas con la excusa de este Corominas, hacer literatura. De la buena. De la mejor.
Que aparezca algún cadáver infantil ayuda a alimentar el misterio, claro que sí, pero lo mejor de la novela es, una vez más, la amargura social que se vive en esa (nuestra) Ofidia y, como contrapunto, el canto a la amistad, tanto a la que surge en el seno de la familia, como a la que se fragua desde la infancia y, sobre todo, a la que se cimenta al compartir horas y horas de trabajo.
Pues eso, que recomiendo a ciegas Mal trago.
De Carlos Bassas.
Aunque no me hagáis mucho caso.
Que es amiguete.
Rezando a san Raymond Chandler para que me dé el talento del señor sentado a mi izquierda (Foto de Miguel Izu) |