Fernando Gamboa (Barcelona, 1970) es aventurero y escritor, o escritor y aventurero. Y de esa mezcla tan atractiva surgen novelas como la que publicó en 2008, Guinea, un etnothriller con tintes políticos, históricos o incluso ecológicos.
A través de los ojos de Blanca, una antropóloga de Vitoria-Gasteiz, conoceremos la realidad política de Guinea Ecuatorial, la de sus gentes y la de sus riquezas y miserias. Y también descubriremos pinceladas de su pasado colonial español. Todo ello narrado a un ritmo vertiginoso que no concede una página de respiro, con gotas de humor, amor e incluso algún guiño cinematográfico (en ciertas escenas no he podido evitar acordarme de Bogart y Hepburn a bordo de La reina de África).
Si a esta lista de ingredientes le añadimos uno de los desenlaces más sorprendentes e inquietantes con los que me he encontrado nunca, no tendremos dificultad para explicarnos las razones del éxito de Gamboa.
Además, su olfato le permitió convertirse en uno de los primeros en presentarnos Guinea Ecuatorial como escenario literario, senda que siguieron con éxito, más tarde, novelas como El cooperante o Palmeras en la nieve.
Y mientras Gamboa siga viajando por el mundo y ofreciéndonos historias tan interesantes, otros nos dedicaremos a ser aventureros de sofá.
Que tampoco es moco de pavo.
A través de los ojos de Blanca, una antropóloga de Vitoria-Gasteiz, conoceremos la realidad política de Guinea Ecuatorial, la de sus gentes y la de sus riquezas y miserias. Y también descubriremos pinceladas de su pasado colonial español. Todo ello narrado a un ritmo vertiginoso que no concede una página de respiro, con gotas de humor, amor e incluso algún guiño cinematográfico (en ciertas escenas no he podido evitar acordarme de Bogart y Hepburn a bordo de La reina de África).
Si a esta lista de ingredientes le añadimos uno de los desenlaces más sorprendentes e inquietantes con los que me he encontrado nunca, no tendremos dificultad para explicarnos las razones del éxito de Gamboa.
Además, su olfato le permitió convertirse en uno de los primeros en presentarnos Guinea Ecuatorial como escenario literario, senda que siguieron con éxito, más tarde, novelas como El cooperante o Palmeras en la nieve.
Y mientras Gamboa siga viajando por el mundo y ofreciéndonos historias tan interesantes, otros nos dedicaremos a ser aventureros de sofá.
Que tampoco es moco de pavo.
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