Como suele ser costumbre en esta ciudad, de un día para otro aparecerá una excavadora y se llevará por delante los muros de piedra centenaria de la cárcel de la calle San Roque s/n.
Que no digo yo que haya que conservarla, ojo, ni tampoco que no, pero el caso es que me han venido a la memoria unas batallitas de abuelo Cebolleta de aquellos finales de los 80 y principios de los 90, de cuando unos cuantos centenares de jóvenes navarros entregaron su libertad a cambio de la supresión del servicio militar obligatorio, de la puta mili, vamos.
Hoy me he acordado de ellos, y de los que en Navidades dábamos vueltas alrededor de aquel hogar provisional suyo cantando villancicos antimili ciertamente irreverentes o nos acercábamos un rato con la txaranga para animarles los Sanfermines.
Y me he acordado también de aquella última gran victoria del pueblo frente al estado.
Supongo que en estos tiempos en los que algunas voces hablan de recuperar la semana laboral de seis días no tardarán en aparecer los que aboguen por la recuperación de la mili.
Así que propongo que en ese solar, o al menos en nuestros corazones, erijamos un monumento a la Insumisión, y al sargento que lo tiren al pilón.
Hoy me siento orgulloso de vosotros, chicos, de vuestro valor y de lo mucho que os debemos, aunque tengáis, tengamos, más tripa y menos pelo.
Que no digo yo que haya que conservarla, ojo, ni tampoco que no, pero el caso es que me han venido a la memoria unas batallitas de abuelo Cebolleta de aquellos finales de los 80 y principios de los 90, de cuando unos cuantos centenares de jóvenes navarros entregaron su libertad a cambio de la supresión del servicio militar obligatorio, de la puta mili, vamos.
Foto de Ketari, tomada de http://ketari.nirudia.com/15887 |
Hoy me he acordado de ellos, y de los que en Navidades dábamos vueltas alrededor de aquel hogar provisional suyo cantando villancicos antimili ciertamente irreverentes o nos acercábamos un rato con la txaranga para animarles los Sanfermines.
Y me he acordado también de aquella última gran victoria del pueblo frente al estado.
Supongo que en estos tiempos en los que algunas voces hablan de recuperar la semana laboral de seis días no tardarán en aparecer los que aboguen por la recuperación de la mili.
Así que propongo que en ese solar, o al menos en nuestros corazones, erijamos un monumento a la Insumisión, y al sargento que lo tiren al pilón.
Hoy me siento orgulloso de vosotros, chicos, de vuestro valor y de lo mucho que os debemos, aunque tengáis, tengamos, más tripa y menos pelo.
Creo que no hay mejor homenaje que poner palos en la rueda del olvido y este post lo ha hecho muy bien. En este y en todos lo demás países, haría falta una gran superficie comercial dedicada a vender esos palos.
ResponderEliminarMe ha alegrado lo que cuentas de que había grupos fuera que llevaban el apoyo con canciones.