Anoche, Zambia, la antigua Rhodesia del Norte, se proclamó campeona de África de fútbol. En una final emocionantísima, los Chipolopolo se llevaron la copa en la tanda de penaltis ante la favorita, Costa de Marfil.
Zambia es un país de extraordinaria riqueza minera y su cinturón del cobre, el Copper Belt, que une Lusaka con Livingstone, supone uno de los más importantes yacimientos del mundo de este mineral, explotado a conciencia por los británicos en la época colonial. De ahí les viene el apodo, Chipolopolo, las balas de cobre, en lengua chibemba, no en zulú, como decía el otro día el Marca. Eso sería como afirmar que Osasuna significa salud en ucraniano.
Se da la circunstancia de que la final de ayer se disputó en Libreville, capital de Gabón. Allí, hace diecinueve años, los mejores jugadores de la selección zambiana hallaron la muerte en un accidente de avión. Qué caprichoso puede llegar a ser el destino.
He estado espiando hoy la página que tiene este equipo en Facebook, y me ha emocionado ver cómo algunos blancos, antiguos colonos o que aún viven allá, han sentido la victoria como propia, hecho impensable, quizás, hace algunas décadas.
Y ya que en este blog solemos hablar de libros, os recomiendo uno del escritor sueco Henning Mankell, famoso por su personaje del inspector Wallander, ambientado en la Zambia de las últimas décadas: El ojo del leopardo.
En el vídeo vemos cómo el seleccionador de Zambia, Herve Renard, lleva en brazos al lesionado Joseph Musonda para que pueda celebrar la victoria junto a sus compañeros. Luego, Chris Katongo resultaría elegido mejor jugador del campeonato. Congratulations Chipolopolo boys.
Zambia es un país de extraordinaria riqueza minera y su cinturón del cobre, el Copper Belt, que une Lusaka con Livingstone, supone uno de los más importantes yacimientos del mundo de este mineral, explotado a conciencia por los británicos en la época colonial. De ahí les viene el apodo, Chipolopolo, las balas de cobre, en lengua chibemba, no en zulú, como decía el otro día el Marca. Eso sería como afirmar que Osasuna significa salud en ucraniano.
Se da la circunstancia de que la final de ayer se disputó en Libreville, capital de Gabón. Allí, hace diecinueve años, los mejores jugadores de la selección zambiana hallaron la muerte en un accidente de avión. Qué caprichoso puede llegar a ser el destino.
He estado espiando hoy la página que tiene este equipo en Facebook, y me ha emocionado ver cómo algunos blancos, antiguos colonos o que aún viven allá, han sentido la victoria como propia, hecho impensable, quizás, hace algunas décadas.
Y ya que en este blog solemos hablar de libros, os recomiendo uno del escritor sueco Henning Mankell, famoso por su personaje del inspector Wallander, ambientado en la Zambia de las últimas décadas: El ojo del leopardo.
En el vídeo vemos cómo el seleccionador de Zambia, Herve Renard, lleva en brazos al lesionado Joseph Musonda para que pueda celebrar la victoria junto a sus compañeros. Luego, Chris Katongo resultaría elegido mejor jugador del campeonato. Congratulations Chipolopolo boys.
Enhorabuena a los chicos de Zambia. Lo que vamos a llegar, gracias a ti, del gran desconocido Africa.
ResponderEliminarPues el año que viene, Copa de África otra vez, en Sudáfrica.
ResponderEliminarGabon, buenas noches...
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