Pese al intento de conquista en 1512 por parte de Fernando el Católico (también conocido como el Falsario), en 1940 el
Reino de Navarra sigue siendo un estado independiente a ambas faldas de los Pirineos.
Con esta premisa tan sugerente,
José Javier Abasolo construye una ucronía (lo que los británicos llaman
whatif) en su última novela,
Una decisión peligrosa.
Nuestro viejo reino, encajonado entre la España franquista y la Francia ocupada por los nazis, mantiene una difícil neutralidad ante el conflicto europeo y el rey Teobaldo IV es la cabeza de la Iglesia Reformada de Navarra, una Navarra donde el
protestantismo es la religión predominante, judíos y católicos son minoría y el Athletic Club ha ganado ocho ligas consecutivas (el autor no nos aclara si en su plantilla figuran jugadores franceses y riojanos).
A partir del
asesinato del arzobispo católico de Pamplona y cardenal primado de Navarra, Abasolo construye un thriller político y de espionaje, en el que Iruñea es un hervidero de agentes secretos que tratan de arrastrar al pequeño estado pirenaico a sus respectivos bandos en guerra.
Pero, ante todo, y como cabía esperar, Abasolo ofrece una nueva lección de
literatura policíaca, con personajes sólidos pero contradictorios (espectacular el comisario Da Silva) y una trama envolvente y de final, cómo no, inesperado; todo ello, como decimos, en un escenario histórico tan sugerente como atractivo que el autor maneja con solvencia para dibujar paralelismos con ciertas situaciones dramáticas sufridas en nuestra tierra.
La única duda que me queda, desasosegante, es la de cómo nos apañaríamos los pamploneses protestantes para honrar a San Fermín.
Que, por cierto, ya falta menos.