miércoles, 11 de enero de 2012

El detective en casa

Hoy he ido a comer a casa de mis padres y, en la sobremesa, el patriarca Erice se ha puesto la txapela de Sherlock Holmes.

Circunspecto, ha abierto Beautiful Rhodesia por la página 135 y ha señalado la cuarta línea empezando por abajo.

—¿No debería poner Ainhoa donde dice Sandra?

El arrogante y joven escritor de la Estafeta no ha tenido más remedio que darle la razón, con lo poco que le gusta dar su brazo a torcer.

Un 10 para el veterano Sherlock Erice.

martes, 10 de enero de 2012

Puenting en Zimbabwe

Normalmente las noticias que suelen llegarnos de Zimbabwe están referidas a crisis alimentarias, a epidemias de cólera, a tongos electorales o al despiadado y corrupto régimen de Robert Mugabe. Pero estos días, el vídeo que ha dado la vuelta al mundo es el de esta australiana que salvó la vida en las Cataratas Victoria cuando, al hacer puenting sobre el río Zambeze, se le rompió la goma. Ella dice que fue un milagro y no le falta razón.



Desde luego, no puedo dejar de imaginar a un joven Patrick McCarthy, de excursión con sus compañeros del cole, escuchando las explicaciones del profesor Burroughs, en Beautiful Rhodesia.

Más de cien metros de desnivel. Casi dos kilómetros de anchura. Mosi-oa-Tunya le llaman los nativos, el humo que truena. El Zambeze precipitándose por la sima.


lunes, 9 de enero de 2012

Beautiful Rhodesia en Ajuste de Cuentos

Patxi Irurzun, con el que tuve la suerte de contar en la presentación de mi novela el pasado 16 de diciembre, dedicó a Beautiful Rhodesia un amable artículo hace unos días en su blog, Ajuste de Cuentos. Como auguraba en Dios nunca reza, no le han dado el Nadal, pero como él dice cuando se pone tontorrón, le basta con que el público disfrute con sus libros. Y lo consigue.


ETNOTHRILLER
Asomado a un balcón de la Estafeta, que como todo el mundo sabe es la calle más importante del mundo, uno puede ver hasta Zimbabwe, antes Rodhesia, aunque, claro, todo depende de quién mire, hay que tener vista de lince, o ser Carlos Erice, que acaba de publicar Beautiful Rhodesia, el primer etnothriller de la historia de la literatura (igual nos ponemos estupendos, pero ya que nos hemos inventado la etiqueta que luzca bien). El pasado viernes la presentamos, y fue una gozada. Asistir al nacimiento o el bautizo de un primer hijo literario, siempre lo es, sobre todo si te dejan estar ahí, de padrino, como estuve yo (que es una buena forma de estar sin estorbar mucho). Nos echamos unas risas y vino un buen puñado de gente, lo de buen en los dos sentidos, a acompañar a Carlos, al que luego se le quedó la mano tonta de firmar en la peña Anaitasuna, donde hicimos el tercer tiempo (le robo esto a Unai, uno de los bloggers de la bitácora sanferminera que Carlos y unos cuanto sanfermineros impenitentes mantienen abierta todo el año menos en sanfermines, como es natural).

'Beautiful Rhodesia' es, efectivamente, un etnothriller, una novela negra por partida doble, novela de espías e intriga, y que transcurre en el Africa negra, con pareja de investigadores mixta, un espía del CNI llamado Miguel Arnaiz y una policía zimbausea (¿se dirá así?). Tensión de todo tipo, sexual, racial, que se mantiene todo el libro y que se solventa al final y no, porque cuando acabas el libro todavía queda algo en el aire. Y además, una reflexión sobre el racismo, la realidad social de los últimos años en Zimbabwe... Todo eso, asomado a la Estafeta, desde donde Carlos, que no ha pisado Africa en su vida, ha armado muy bien armado (la cosa empieza a tiro limpio) este libro que recibió el Premio Lopez Torrijos de novela, editado por Ledoria.

Y además, Carlos Erice sabe ponerse muy bien para las fotos: obsérvese tras sus espaldas los libros que adornan sus estanterías: Resaca / Hank over, Cuentos sanfermineros, Dios nunca reza, Atrapados en el paraíso. Gran tipo, Carlos, y como ya se ha dicho en otra ocasión, llevando la locomotora de la literatura navarra lejos, hasta Zimbabwe y hasta donde haga falta.

miércoles, 4 de enero de 2012

Literatura colonial portuguesa (III)

António Lobo Antunes puede que sea el autor portugués que con mayor crudeza ha hablado sobre la guerra colonial, sobre la guerra de Ultramar como la conocían nuestros vecinos o las guerras de independencia desde el punto de vista de guineanos, angoleños y mozambiqueños.

Nacido en 1942, en Lisboa, y licenciado en medicina, cumplió su servicio militar en Angola donde fue testigo de las mayores barbaridades, que han dejado una huella profunda en su forma de entender la vida y la literatura.

Su estilo es complejo, monumental, muy trabado y trabajado, y su literatura le ha convertido, desde hace años, en candidato al Nobel.

Hace algo menos de un año que leí su Esplendor de Portugal, título que toma del primer verso del himno nacional luso. Narra las desventuras de una familia de retornados, de colonos portugueses en Angola que se ven obligados a regresar a la península cuando este país alcanza la independencia en 1975. Una península, un Portugal, que no es, desde luego, su país, como demuestra la madre de la familia que prefiere quedarse en África expuesta a los saqueos, a la guerra civil y al afán de revancha de los guerrilleros negros.

Como en un puzzle deslavazado y agobiante, sus capítulos son monólogos de prácticamente frase única, sin apenas puntos, piezas que el lector debe recomponer para entender el desarraigo de aquellos africanos blancos que recuerdan con nostalgia la riqueza de sus haciendas, sus privilegios, su dominio sobre la mayoritaria población negra y sus propias miserias y fantasmas familiares.

El racismo, el colonialismo y el desarraigo son tres temas que me apasionan.

Y su combinación magistral en manos de Lobo Antunes deja con la boca abierta.

Al menos a mí.

Imagen tomada de El País, cuando Lobo anunció, en 2007, que sufría cáncer

viernes, 30 de diciembre de 2011

Beautiful Rhodesia en Diario de Noticias

Reproduzco a continuación la entrevista que me hizo Ana Oliveira, ayer día 29, en Diario de Noticias, sobre la publicación de Beautiful Rhodesia.

Enlace a Diario de Noticias (29/12/2011)

Carlos Erice aborda el tema de la segregación racial en 'Beautiful Rodhesia'

Se trata de su primera novela, con la que ganó el certamen lópez de torrijos 2011
El hallazgo del cadáver de una joven vasca en Harare es el detonante de esta historia, editada por Ledoria

Pamplona. Autor de numerosos relatos, varios de ellos premiados, el pamplonés Carlos Erice Azanza obtuvo este año con su primera obra larga el Certamen de Novela López Torrijos 2011. Se titula Beautiful Rhodesia y aborda, en una mezcla entre literatura de espías y de viajes, los problemas de segregación que existen en un país del África negra como es Zimbabwe.

Carlos Erice nunca ha estado en Zimbabwe, antes Rodhesia. Su interés por este territorio surgió hace unos años, durante unos Sanfermines, "cuando conocí a una chica blanca de allí". Ella le trasladó una imagen "romántica" del país, "casi al estilo de la baronesa Blixen de Memorias de África". Sin embargo, poco después descubrió que ese era el punto de vista de los blancos, ya que al tiempo supo por un joven negro con el que se encontró en el comedor París 365 el tipo de segregación que habían sufrido sus padres durante años y el dominio político y económico de la minoría blanca. Y "al conocer dos perspectivas tan distintas sobre el mismo país, sentí curiosidad", indica el escritor, siempre interesado por los temas sociales.

Para restar distancia entre Zimbawe y Navarra, Erice apostó por colocar en el argumento algunos personajes reconocibles. Así, todo comienza cuando el cadáver de una joven vasca, hija del embajador español, es hallada muerta en Harare, la capital de la antigua Rodhesia. Miguel Arnaiz, ex guardia civil y agente del Centro Nacional de Inteligencia, recibe la orden de investigar las circunstancias que rodean esa muerte. Por otro lado, Sandra Bokosa, detective de la Policía Republicana de Zimbabwe, es la responsable del caso en su país. Entre ambos se establecerá una compleja relación personal y profesional en la que nada es lo que parece y en la que los dos deberán enfrentarse a la cerrazón de sus respectivos gobiernos, empeñados en ocultar la auténtica naturaleza del crimen. Y es que, hay muchas cosas escondidas en este bello territorio, incluso una de las más sorprendentes y desconocidas rutas de huida de criminales nazis.

Etnothriller Beautiful Rodhesia tiene un poco de todo. De novela de espías, no en vano el autor es rendido admirador de John le Carré, como también lo es de Manuel Vázquez Montalbán, de ahí los toques policíacos, y del sevillano Andrés Pérez Domínguez, que está obteniendo mucho reconocimiento con sus novelas ubicadas en la Segunda Guerra Mundial. En ese sentido, Carlos Erice cree que su novela se abre a un público muy amplio, ya que "lo mismo puede interesar a quienes les guste el género negro o los libros de viajes o los temas de inmigración", dice. Quizá la mejor definición fue la que utilizó otro escritor navarro, Patxi Irurzun, durante la presentación de este trabajo, que calificó de "etnothriller".

En todo caso, Beautiful Rodhesia ya está en la calle y Carlos Erice, satisfecho con el resultado, ya prepara otra novela. Aunque esa será una "tarea a largo plazo". Mientras, continúa con los relatos, casi siempre en torno a problemáticas sociales y a la marginación de las personas. Y, por supuesto, algún día espera visitar Zimbabwe.

Foto de Mikel Saiz, de Diario de Noticias

jueves, 29 de diciembre de 2011

El balón de oro

Buena parte de mi obra pertenece a un género que podríamos denominar narrativa solidaria. Como ejemplos se pueden citar los relatos galardonados en certámenes como el Paso del Estrecho, en Granada, o el MostrARTEnavarra, en Pamplona. El balón de oro ha sido considerado merecedor de un accésit en el Osmundo Bilbao de Muskiz (Bizkaia) y ha sido publicado por la Fundación Juan Bonal, que lo distribuirá en la Red de Bibliotecas de Navarra, cosa que creo que les vendrá muy bien, con eso de que no les dejan comprar libros.

Me gusta escribir sobre estas cosas, y más ahora que creemos estar tan jodidos. Pero siempre habrá gente que esté peor. Aquí os lo dejo.


El balón de oro

Con apenas once años sales de casa. Eres un crío pero ya tienes tus ilusiones. Y aunque resulte tan doloroso, abandonas esperanzado tu familia, tus cosas, tus calles, tu pueblo. Pero tu vida se llena de nostalgia. De nostalgia y de suspiros. Sobre todo cuando los echas de menos. Porque los echas de menos. Muchísimo. A tus amigos, a tus hermanitas y hermanitos, sois seis, a tu abuela, a papá, a mamá. La que más a mamá. Sus besos, su paciencia, sus caricias, su olor, sus meriendas.

Una nueva ciudad.
Cientos de kilómetros de distancia.
Sólo vuelves por vacaciones y no siempre.
Trabajas duro.

Pero compartes tu vida con otros niños que persiguen tus mismos sueños y que temen a tus mismos miedos.

Todo el día pegados a una pelota. La mimamos, la sobamos, la acariciamos, la amamos y también la odiamos. Dicen que nuestras instalaciones son las mejores del país. Nos cuidan bastante bien y la comida no está nada mal. Confían en nosotros. Y nuestras familias están felices y orgullosas.

Sin embargo nuestra infancia poco tiene que ver con la de Diego en Villa Fiorito. Ni con la de Leo en Rosario. Ellos, chicos humildes, de barrio, hijos del desempleo y la pobreza, el día entero con el mismo chándal, dando patadas a viejos balones deshinchados, pelados, descosidos, dejándose jirones de las rodillas en canchas de cemento, grava o asfalto, entre casuchas de uralita y cartón. Hasta que un día llegaron a ser lo que llegaron a ser.

Nuestros balones, en cambio, han sido siempre nuevos, relucientes, brillantes. De las mejores marcas, las más famosas. Casi te deslumbran cuando los ves por primera vez, cuando los tocas, cuando hinchas tus pulmones de ese olor tan especial que desprende el cuero nuevo, cuando recorres cariñosamente sus costuras con las yemas de los dedos. Son los mismos balones con los que vemos jugar a nuestros ídolos en la tele.

En la Liga.
En la Premier.
En la Champions.

Hoy ha venido uno de ellos a visitarnos. Ha sido increíble. Vaya sorpresa. Ha jugado con nosotros un rato. Cómo regatea, cómo chuta. Es fuerte y rápido y no ha dejado de sonreírnos. Cuando se ha ido se ha entretenido un rato enredando sus dedos en mi pelo negro y me ha regalado otra sonrisa y un póster firmado.

Tras él se ha marchado la corte de fotógrafos y cámaras de televisión que le acompaña. Él siempre sonriente.

Qué majo.

Mi compañera Subetha dice que es el que ha pagado la ampliación, la ampliación de la escuela a la que vamos cada tarde después de pasarnos la mañana entera cosiendo balones.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Goa, Damão y Diu

En este mes de diciembre se han cumplido cincuenta años de la invasión de Goa que, junto a los enclaves de  Damão y Diu, constituían la India Portuguesa.

A finales de 1961, Nehru ordenó la conquista del territorio ante la negativa de Salazar de cederlo pacíficamente, un Salazar que se mantenía firme en su viejo sueño imperial de un Portugal tricontinental, desde el Miño hasta Timor, bañado por los océanos Atlántico, Índico y Pacífico.

La aplastante superioridad militar de la Unión India acabó con más de cuatro siglos de presencia portuguesa en la zona. La evacuación de civiles lusos se produjo por mar y aire bajo los bombardeos de las fuerzas armadas indias.

Vassalo negociando la rendición ante oficiales indios
La denominada Operación Vijay se saldó con la muerte de un centenar de soldados indios y portugueses y concluyó con la rendición del general Vassalo e Silva, 128º gobernador de la India, que desobedeció la ignominiosa orden de Salazar que solo esperaba soldados y marineros portugueses muertos o victoriosos.

El retorno a la metrópoli, varios meses después, de Vassalo y sus más de tres mil hombres derrotados, se encontró con el desprecio, la incomprensión y la consideración de traidores por parte de su gobierno y sus compatriotas.

Prisioneros portugueses en un campo de concentración en Goa


El otro día me encontré en un diario navarro, en la sección que recuerda los hechos sucedidos cincuenta años atrás, la petición de la Diputación Foral de Navarra de que regresara a nuestra tierra el cuerpo de San Francisco Javier, que reposa en la catedral de Goa.

Ahora que tengo a un par de amiguetes por allí cerca, curándose y jugando a pelota, aprovecho para desearles un 2012 estupendo.

Catedral de Santa Catarina en Goa

lunes, 26 de diciembre de 2011

Fotos de la presentación de Beautiful Rhodesia


El autor y su obra

Alfonso Etxarte, actor, fotógrafo, cocinillas, mendigoizale y, sobre todo, fortaleza, generosidad y optimismo, pasó el jueves por mi casa, mientras yo planchaba, a dejarme un montón de fotos que hizo el pasado 16 de diciembre, de las que dejo aquí una muestra.

Muchas gracias a ti, Alf, y a todas las personas que me echaron un cable aquella tarde.

Y ya, de paso, gracias a Olentzero que ha dejado a las librerías de Pamplona sin Beautiful Rhodesias. Espero que esta semana lleguen más.


Jesús, Carlos, Patxi

Mi familia...

sábado, 24 de diciembre de 2011

Entrevista en Diario de Navarra

Reproduzco a continuación la interesante charla que mantuvieron Ion Stegmeier y Carlos Erice Azanza sobre Beautiful Rhodesia. Publicada el pasado 21 de diciembre en Diario de Navarra.

Enlace a Diario de Navarra (21/12/2011)

África está en nuestras calles
ION STEGMEIER . PAMPLONA .
  • Con su primera novela, Carlos Erice Azanza ha ganado el Certamen López Torrijos 2011, lo que conlleva la publicación de la obra. "Beautiful Rhodesia" es el título de esta novela negra ambientada en el sur de África.

La Rhodesia que fundó Cecil Rhodes al sur de África estaba gobernada por una elite blanca contra la negra. El primer ministro, Ian Smith, por ejemplo, aseguraba que los negros no gobernarían el país en mil años. Ahora que sí lo hacen, aunque con un gobierno corrupto y tiránico, el país se llama Zimbabwe, pero los blancos siguen refiriéndose a su patria como la "beautiful Rhodesia", la bella Rhodesia. Ése es el título que ha puesto Carlos Erice Azanza (Pamplona, 1971) a su primera novela, un thriller ambientado allí.

La promoción dice: "Racismo, conspiración y muerte en el sur de África". Deja el listón muy alto en las expectativas del lector.
Son cosas de las editoriales pero sí, se juega con esos elementos de racismo, de conspiración, crímenes incluso, en ese ambiente del Zimbabwe que todavía está viviendo las consecuencias de décadas de segregación racial.
¡Incluso aparecen nazis!
Sí, tiene su lógica. Es uno de los elementos claves en el desarrollo de la trama. En todo el cono sur africano los países tenían una minoría blanca con todos los resortes políticos y económicos de esos territorios. Entre esos países está Namibia. Namibia en tiempos fue colonia alemana y queda un grupo de descendientes de alemanes del principios del siglo XX que tienen su papel en la trama.
¿Tiene usted algún vínculo personal con la zona?
Yo no he estado en Zimbabwe. El tema del colonialismo, toda la historia de África en el siglo XX, me apasiona. Pero el origen del libro está en unos Sanfermines de hace muchísimos años. Conocimos a una chica de Zimbabwe, de raza blanca, que te contaba la historia de su país desde el punto de vista de esa élite blanca.
¿Y cómo era?
Te contaba cómo era la granja de sus padres, uno se estaba imaginando a la baronesa Blixen en Kenia y a Robert Redford revoloteando en el avión. Más recientemente conocí en el comedor social París 365 a un inmigrante de Zimbabwe de raza negra que contaba la otra parte de la historia. Sobre todo lo que habían sufrido sus padres en cuanto a no tener derecho a voto, la segregación racial, tener vetada la entrada en determinados sitios o viajar en la parte trasera del autobús... son temas que nos suenan más en Sudáfrica, pero también lo vivieron de la misma forma. Esas dos caras de una misma moneda me interesaron mucho. Tiene un trasfondo social importante.
¿Las historias para ser contadas entonces están en la calle y sólo hay que escucharlas?
Sí. África ya no es un continente que esté al otro lado del estrecho, sino que ya lo tenemos en nuestras calles. Desde hace muchos años tienes vecinos de origen africano, compañeros de trabajo... convivimos con África. Ya no es algo lejano y exótico.
¿Qué tal le ha resultado el salto del relato breve a la novela?
Aunque ya tengo mis añitos, llevo relativamente poco trabajando la ficción. Al ser un escritor novel no es fácil abrirse camino. Gané el premio López Torrijos, que aparte de la cuantía económica lo más interesante era encontrar a alguien que publicase tu primer libro. En este caso he tenido mucha suerte con la editorial Ledoria de Toledo, que han sacado una edición muy cuidada, visualmente muy atractiva y la verdad es que me siento afortunado.
En realidad, ya tenía una gran experiencia escribiendo, pero manuales de formación.
Durante años, y sigo dedicándome a eso, mis lectores han sido usuarios de informática. El salto es gracioso cuando menos.
Y está preparando la historia de las peñas de San Fermín.
Un grupo de chalaos de la federación de peñas estamos trabajando en la investigación para escribirla. Esperamos sacarla para primavera. Saldrá alguna noticia sorprendente o que está en el olvido. Que Fraga, siendo ministro, les diese la placa al mérito turístico a las peñas de Pamplona, por ejemplo. También que fueron machistas y cómo se ha vivido la evolución hacia las peñas paritarias.

BEAUTIFUL RHODESIA

Autor: Carlos Erice Azanza.
Editorial: Ledoria. Tirada: 1.200 ejemplares.
Páginas: 172.
Precio: 15 euros (7,5 en electrónico). Blog del autor: asomadoalaestafeta.blogspot.com

jueves, 22 de diciembre de 2011

La finca de Mugabe

Sois muchas las personas que estos días, al leer Beautiful Rhodesia, habéis mostrado interés sobre la historia y la actualidad de Zimbabwe. Hace algo más de dos años, En Portada emitió este sensacional reportaje en TVE, titulado Viaje a la finca de Mugabe.

José Antonio Guardiola desgrana en él muchos aspectos de la complicada historia del país, desde la lucha por la posesión de la tierra hasta las tensiones raciales, pasando por un análisis de la desastrosa situación política y económica de Zimbabwe.

Aquí encontraréis algunas claves que os ayudarán a comprender el marco que envuelve la novela. Son cuarenta y ocho minutos, pero os recomiendo verlo.

La pena es que creo que pocos reportajes de este estilo veremos ya en nuestras televisiones.


Aquí tenéis el enlace con el reportaje completo en la web de RTVE: